son aprobados en 150 días y la campaña política en la que están inmersos los congresistas que aspiran a cargos de elección popular marcan el inicio del nuevo y último período legislativo del actual mandato congresual que comenzó el 27 de febrero.
En el periodo que inicia el 27 de febrero y finaliza el 26 de julio , los sistemas de información de ambas cámaras del Congreso registran 142 proyectos de ley que caducan si no son aprobados . Por el contrario, caducarán, y las regulaciones del Congreso y la Constitución dominicana exigen que las propuestas sean examinadas y aprobadas en dos legislaturas.
Las legislaturas son períodos de trabajo de 150 días, que se utilizan para estudiar proyectos en comisiones internas, someterlos en sesiones de trabajo y aprobarlos o rechazarlos.
Los proyectos
la Cámara de Diputados, como la Ley para regular los Alquileres y Desahucios, el del Referéndum Consultivo, el que crea la Dirección de Crédito Educativo y el que prohíbe la comercialización de cigarrillos electrónicos. El plazo de aprobación de este año termina el 26 de julio.
Otras piezas que están a punto de perimir en la cámara baja, si no se aprueban en esta legislatura, son los proyectos de ley del Distrito Nacional y los Municipios, de Desafectación de Inmuebles en Santiago y la que prohíbe las carreras de motocicletas en la vía pública.
Entre otras piezas del paquete que abarca la carpeta de asuntos pendientes en el Congreso están las iniciativas que crearía la Dirección General de los Bomberos, la cual regularía las expropiaciones de bienes del Estado y suprime el Consejo Estatal del Azúcar (CEA), la de mantenimiento. de las infraestructuras viales del país y la Orgánica para reestructurar el Banco de Reservas.
Campaña política
El avance en los estudios de los 142 proyectos está en la cuerda floja porque la mayoría de legisladores este año ha puesto su enfoque en otro tema: la campaña política para las elecciones municipales del 18 de febrero y presidenciales y congresuales que se efectuarán el domingo 19 de mayo.
Más de 100 congresistas y 28 senadores buscan continuar en sus cargos , trasladarse a otro órgano legislativo o postularse como líderes de alcaldía , lo que implica combinar su labor congresal con sus postulaciones políticas . Por lo tanto, la aprobación de cientos de proyectos que están retrasados podrían estar en peligro.
Trabajo se redujo
En 2023, la Cámara de Diputados casi redujo su producción a la mitad al aprobar proyectos. En la precampaña, los legisladores decidieron reducir el número de sesiones semanales , lo que generó una disminución en los proyectos aprobados y en el trabajo de cámara en general.
Los reglamentos de la Cámara de Diputados ordenan a los legisladores sesionar hasta tres veces por semana. Sin embargo, la campaña política y otras responsabilidades partidarias provocaron que los encuentros se redujeron a uno por semana.
De acuerdo con esto, un examen sobre las actas de las sesiones en 2023 mostró que los parlamentarios sancionaron un promedio de cuatro iniciativas al día, lo que aún sumó doce piezas por semana.
Con el descenso de las labores, los proyectos aprobados bajaron de doce a cuatro cada semana.
Actual proselitismo
La baja en los trabajos del año pasado fue por la campaña política de las elecciones municipales, por lo que se prevé que el proselitismo para las elecciones congresuales desencadene una reducción laboral más intensa en el Congreso.
De hecho, al ser cuestionados sobre la conjugación de los trabajos entre las sesiones y la preparación de las campañas, los propios legisladores han admitido que en la legislatura donde suceden las elecciones, los trabajos siempre se reducen.
"Es algo normal en todos los parlamentos porque se trata de una combinación entre la labor política y la legislativa", han reconocido los diputados Máximo Castro y Víctor Suárez, en declaraciones a la prensa.
La campaña, aparte de reducir los trabajos, también limita la evolución de los proyectos.
Del total de 142 piezas que podrían dirimir en julio, un paquete caducará por los delicados temas que abordan y, en consecuencia, por el costo político que representan.
Con el escenario así, el grupo de proyectos queda "en la cuerda floja" y opacado por el proselitismo al que se encara durante este complicado año legislativo 2024.
