Anoche no se conocía el impacto en la obra, cuya construcción generó un conflicto entre ambos países que ameritó la intervención de la OEA
La crecida del río Masacre, debido a las lluvias registradas en la cuenca alta de ese afluente en Loma de Cabrera, provincia de Dajabón, provocó el desborde del canal construido por los haitianos en el poblado de Juana Méndez, ubicado en la franja norte de la frontera con República Dominicana.
La obra, que desde su inicio el año pasado ha sido motivo de conflicto entre ambos países, ha sufrido el impacto de una serie de vaguadas que han generado intensas lluvias en la zona norte y noroeste de la región fronteriza.
Las imágenes del desborde del canal, publicadas ayer lunes, suscitaron preocupación sobre el posible colapso de la estructura.
Sobre los efectos que las lluvias podrían provocar en la estructura del canal, Olgo Fernández, exdirector del INDRHI, mencionó que es necesario esperar. "Hay que esperar a mañana, que las aguas del río bajen, para ver qué nivel de daño le provocó a la estructura del dique".
El pasado 25 de septiembre, el presidente Luis Abinader asumió la defensa del país ante el conflicto generado por la construcción del canal en territorio haitiano, a pesar del rechazo de las autoridades dominicanas.
En su encuentro LA Semanal, el mandatario manifestó que la frontera dominicana nunca será la misma después de la confrontación con Haití, por la construcción unilateral del canal en el río Masacre.
Sostuvo que el Gobierno dominicano no busca conflictos con Haití, pero actúa para defender el interés nacional.
Transcurridos los meses, los haitianos continuaron la obra, y la tensión entre ambos países se mantuvo.
El martes 17 de octubre, una comisión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) visitó la franja norte de la frontera binacional, acompañada de autoridades dominicanas, para obtener información sobre el conflicto con Haití.
Medios haitianos informaron que sus autoridades, en medio de una crisis política interna, tomaron nota de las observaciones de los representantes de la OEA.
El gobierno dominicano, por su parte, mantuvo su postura y buscó una solución a la construcción del canal en Haití a través de otro canal en territorio dominicano, La Vigía, que comenzó a suministrar agua a los agricultores locales.
