Por: Angely Moreno
El reciente anuncio del ministro de Hacienda sobre la reasignación de fondos que irían a Obras Públicas y a la colectivización del transporte, para atender el aumento salarial solicitado por los médicos, plantea un desafío fundamental: equilibrar las demandas inmediatas con las prioridades estructurales del desarrollo.
Aunque es necesario responder a las legítimas demandas del sector salud, hacerlo a costa de áreas esenciales como la infraestructura y el transporte masivo puede generar consecuencias negativas para la ciudadanía, especialmente en un país donde estas inversiones son pilares del desarrollo sostenible.
Por eso, señor presidente, me permito sugerirle que busquemos esos recursos en otro lugar, como entre los evasores fiscales.
La evasión fiscal es un obstáculo crítico que limita nuestra capacidad como nación para atender estas demandas sin sacrificar otras prioridades. Y fíjese cómo es la cosa: sectores clave, como el de la salud, contribuyen a esta problemática mediante prácticas informales que dificultan el control tributario.
Por lo tanto, me pregunto: ¿por qué no tratamos de disminuir la evasión entre clínicas y médicos y, con ese dinero recaudado, le aumentamos el sueldo a este mismo sector?
Es preocupante que muchos profesionales y clínicas de salud evadan impuestos al no aceptar pagos electrónicos y operar mayoritariamente en efectivo. Combatir estas prácticas debe ser una prioridad para liberar los recursos necesarios sin comprometer el bienestar de la ciudadanía.
Reducir los fondos destinados a obras públicas y transporte masivo no solo afecta la calidad de vida de la población, sino que también frena el desarrollo económico.
La construcción de carreteras, escuelas, hospitales, la mejora del transporte y otras infraestructuras son esenciales para garantizar la movilidad, la productividad y el acceso equitativo a servicios básicos. Descuidar estas áreas tiene un impacto directo en los sectores más vulnerables y genera costos a largo plazo que superan cualquier ahorro inmediato.
Es imperativo que el gobierno reconsidere este enfoque y priorice estrategias más integrales, como el fortalecimiento de la recaudación fiscal, la lucha contra la evasión y la ampliación de la base tributaria. Una reforma fiscal bien estructurada sigue siendo una herramienta clave para responder a las demandas sociales sin sacrificar los cimientos del desarrollo… pero, como no lo hemos logrado, lo correcto sería disminuir la evasión.
Enfrentamos un momento crucial que exige visión y responsabilidad, señor presidente. No podemos permitir que decisiones cortoplacistas comprometan el futuro del país. Es hora de construir un sistema fiscal justo, donde todos los sectores cumplan con sus obligaciones, para garantizar un progreso sostenible que beneficie a todos los dominicanos.