Ante indiferencia de las autoridades familia clama por ayuda niña sufrió trauma cerebral 

Angustiada por ver como su nieta con tan solo tres años se golpeó con el abanico en la cabeza y se desangraba al llevarla al hospital, comentó que la niña convulsionó y no fue atendida hasta que vomitó en la sala de emergencias. Posteriormente fue operada para sacarle los huesos rotos de su cráneo. 

Santo Domingo.- Cuando tenía tres años, la nieta de Solángel Díaz sufrió un accidente cuando bajaba de una ventana y su cabeza chocó con la hélice del abanico de techo que se encontraba en la habitación. 

La niña sufrió daños en la cabeza, pero después de una operación, no han logrado conseguir a un neurólogo pediatra cuyos servicios puedan costear. 

Luego de dos años, la niña aún sufre por los daños que ese accidente le causó y debido al descuido de los médicos porque a solo un mes de su operación se desligaron del seguimiento necesario, según cuenta entre llanto su abuela, al ver como su nieta la desespera con sus dolores de cabeza y porque teme que pueda perder la vida. 

Angustiada por ver como su nieta con tan solo tres años se golpeó con el abanico en la cabeza y se desangraba al llevarla al hospital, comentó que la niña convulsionó y no fue atendida hasta que vomitó en la sala de emergencias. Posteriormente fue operada para sacarle los huesos rotos de su cráneo. 

“La mamá salió corriendo con ella en brazos para el hospital, yo vi cómo se me desangraba, la niña estaba sin fuerzas de toda la sangre que perdió”, expresó Solángel Díaz, abuela de la infante mientras se secaba las lágrimas al recordar ese mal momento. 

Luego de ser operada de emergencia, la vida de la infante no ha sido igual, ya que ha sufrido constantes dolores de cabeza. Ella ha sido revisada por un neurólogo, pero de adultos, porque a los que la familia ha acudido no aceptan seguro médico o son muy costosos. Los familiares se encuentran desesperados por no poder cubrir los gastos de su tratamiento. 

“Yo solo pienso que se va a morir y no quiero dejarla que se me muera… Yo soy una mujer enferma y no sé qué hacer”, manifestó entre llanto al verse asustada porque la niña pueda perder la vida. 

A Solangel le preocupa la incertidumbre que le genera su situación económica y al no recibir el respaldo del Hospital Pediátrico Doctor Hugo Mendoza, donde fue operada y posteriormente desligarse del seguimiento que la pequeña requería, porque supuestamente le informaron a la familia que la niña se ve sana. 

“Yo quisiera conocer a la Directora del Hospital Pediátrico Doctor Hugo Mendoza para ver si me ayuda a salvar a mi niña. Los médicos neurólogos pediatras cobran de 8,000 a 10,000 pesos por atenderla y no contamos con ese dinero”, dijo la abuela de la niña. 

Contó que una de las excusas que le han dado en el hospital para no atender la niña es que deben residir en Villa Mella, pero alega que habitan en la avenida Jacobo Majluta, la cual pertenece a ese sector del municipio Santo Domingo Norte. 

Mientras Yokairis, madre de la niña, se entristece por la situación que vive la familia con su hija menor de edad. 

Con nostalgia recordó cómo el día del accidente duró treinta minutos esperando que su niña fuera atendida por los médicos en la sala de emergencias, lo que finalmente hicieron rápidamente cuando ella vomitó. 

La madre se siente desesperada porque en el hospital para tomar una cita debe esperar siete meses y debe llevar una referencia, lo que retrasa que la niña sea tratada con mayor rapidez. 

“Cuando la llevamos el día del accidente ellos me mandaron para otra habitación con la niña y se descuidaron, cuando vieron que la niña empezó a vomitar y viró los ojos me dijeron que parece que le perforó una arteria y la atendieron porque había que intubarla, pero para eso pasaron treinta minutos”, expresó la madre de la pequeña. 

La familia pide ayuda a los médicos, a la directora del Hospital Pediátrico Doctor Hugo Mendoza y a las autoridades del sector salud, para que se los ayuden con el tratamiento y seguimiento que requiere la niña para sanarse. 

Su anhelo es que la niña deje de padecer esos fuertes dolores de cabeza que empezaron luego de la operación. 

LD 

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