Código Penal: Deuda de un congreso ocioso

"O defines el momento o el momento te definirá a ti." Walt Wilman.

  • Francisco Paniagua
    Francisco Paniagua
  • miércoles 03 julio, 2024 - 8:00 AM
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  • TVN24
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Entra el mes de julio y en su primera semana se enciende el debate por la aprobación del controversial código penal, ya aprobado en el Senado camina raudo y veloz hacia la Cámara y va sin causales ni otras reivindicaciones que procuran las agrupaciones "progresistas" del país.

Los representantes de las Provincias adjudicaron a la urgencia la aprobación del código sin la discusión de esos temas, olvidando que para los colectivos es igual de urgente sus conquistas.

La pieza que salió del Senado no es la mejor, digo yo, pero también digo que es bastante buena para mejorar y actualizar el actual código que data de 1884, es decir 140 años de atraso.

Las Preguntas obligada son, ¿Por qué se esperó tanto tiempo para actualizar algo tan importante como el catálogo de crímenes y delitos de una sociedad?; ¿por qué llegamos al punto de que fuera urgente?; ¿Qué hicimos durante los últimos 140 años?

Hoy el gran dilema cierne sobre temas progresistas de nuestra época, discusiones sin fin que no deja que avance lo que sí está consensuado, pero hubo época en que esos temas no eran una prioridad y aun así no se actualizó el código.

¿Qué hicieron los congresos de los años ’70, ’80 y los ’90 cuando esas discusiones no existían en el escenario?

La verdad es que todos los partidos que son o fueron Mayoritarios tienen su cuota de responsabilidad en la vagancia de un poder del estado que se ha retrasado en sancionar las leyes más importantes de nuestro país.

Los Reformistas de la década de los ’80, los Perredeistas (Hoy PRM) de los ’90 y el PLD morado o verde del 2000 en adelante, tuvieron el favor del pueblo para manejar ese congreso a su antojo y poder lograr reducir todos esos pendientes en materia legislativa, pero esos congresos solo han servido para reformas constitucionales y contratos de préstamos que generan corrupción.

Hoy tenemos un Código Penal festinado por la urgencia obligatoria, con un gran saldo de ciudadanos inconformes, todo gracias a varias generaciones de congresistas que no hicieron lo que tocaba hacer, cuando tocaba hacerse.