AFP
Una prueba en tierra del nuevo megacohete de la NASA, destinada a verificar el éxito de las reparaciones efectuadas tras dos intentos fallidos de despegue hace unas semanas, se realizó con éxito el miércoles en Florida, anunció la agencia espacial estadounidense.
"Se han cumplido todos los objetivos que nos propusimos", declaró Charlie Blackwell-Thompson, directora de lanzamiento de la misión Artemis 1, que será la primera del programa para devolver a los estadounidenses a la Luna.
A principios de septiembre, el despegue del cohete SLS, el más potente jamás construido, tuvo que ser cancelado en el último minuto debido a una fuga observada al llenar sus tanques con combustible criogénico -oxígeno e hidrógeno líquidos-.
El hidrógeno es altamente inflamable y estas fugas deben evitarse a toda costa.
Desde entonces, la NASA ha realizado reparaciones, sustituyendo una junta en la conexión entre el cohete y las grandes mangueras que le suministran combustible. El sello había sido dañado por restos de origen desconocido.
La prueba del miércoles incluyó el rellenado de los depósitos de combustible.
Durante las operaciones se observó una vez más una pequeña fuga de hidrógeno, pero fue controlada por los equipos de la NASA.
La semana pasada, la agencia dijo que tenía como objetivo el martes 27 de septiembre para el próximo intento de lanzamiento, a menos de una semana. También se anunció una fecha alternativa, el 2 de octubre.
"Los equipos evaluarán los datos de las pruebas, así como las condiciones meteorológicas y otros factores, antes de confirmar que todo está listo para la próxima oportunidad de lanzamiento", informó la NASA en un blog.
Interrogada al respecto, Blackwell-Thompson no quiso hacer comentarios, pero dijo que estaba "muy animada" por el progreso de la prueba el miércoles.
Para que se cumpla la fecha del 27 de septiembre, la NASA también necesita obtener una exención de la Fuerza Espacial estadounidense para la duración de la batería del sistema de autodestrucción de emergencia del cohete, que está diseñado para detonar en caso de que se desvíe la trayectoria después del despegue.
Normalmente se limitaba a 25 días, pero el cohete ha estado en su plataforma de lanzamiento durante mucho más tiempo.
Además, se está vigilando de cerca la trayectoria del huracán Fiona, frente a la costa de Florida.