por: Angely Moreno
A raíz de las últimos acontecimientos que he visto, me han surgido inquietudes sobre la implementación del plan nacional de migración, donde se anunció desde el 3 de octubre pasado, que se estarían repatriando unos 10 mil inmigrantes haitianos a la semana.
En ese esfuerzo que está haciendo el gobierno por regular la migración, han sido regresados a su país unos 60,000 haitianos según la Dirección General de Migración.
Sin embargo, observamos con preocupación las recientes declaraciones de la canciller de Haití, Dominique Dupuy, quien menciona una reducción significativa en el número de repatriados que llega a su país.
Esta contradicción entre las cifras oficiales y la percepción en Haití nos lleva a preguntar: ¿qué está sucediendo realmente?
La cifra de 60,000 haitianos repatriados es significativa, lo que me lleva a preguntarme:
¿qué cantidad de recursos se está invirtiendo en vehículos, combustible y personal que ejecuta las repatriaciones?
¿Cómo se lleva el registro de los deportados?
¿Se está supervisando que realmente esos haitianos lleguen a su país?
Porque todos aquí sabemos del emprendimiento de los militares, que han hecho de la migración ilegal un negocio estructurado.
Si el número de deportaciones ha disminuido, como afirma el gobierno haitiano, entonces, ¿qué factores están influyendo en esa reducción?
¿Es posible que la cantidad de deportaciones esté siendo sobreestimada o que haya complicaciones logísticas y operativas que dificulten el cumplimiento de la meta diaria?
Este escenario plantea otras preguntas sobre la transparencia en la implementación de estas medidas migratorias.
Es vital que el manejo de esta situación cumpla con los estándares internacionales y que el proceso sea claro y consistente.
Es un deber del Gobierno dominicano proporcionar claridad sobre los avances y retos del plan de deportación.
Instamos a que se esclarezca si la meta de 10,000 deportaciones diarias es viable o si el proceso requiere ajustes para asegurar una gestión migratoria eficaz y sobre todo, que los temas de política exterior sean manejados por el canciller de la República o algún responsable del ministerio de relaciones exteriores. Los temas de interior y policía, como su nombre indica, son para las interioridades de nuestro país.