Redacción.- Cada mayo se celebra el día Internacional del Clítoris, uno de los órganos más particulares de la anatomía femenina, cuyo principal propósito es proporcionar placer.
Aunque parezca increíble, muchas personas desconocen detalles de esta parte de su cuerpo. Las convenciones sociales han limitado la exploración del clítoris tanto interna como externamente.
Por ejemplo, es poco sabido que el clítoris puede medir hasta 12 cm de forma interna, aunque externamente solo vemos una pequeña porción.
Funciones
El clítoris cuenta con aproximadamente 10,000 terminaciones nerviosas que, al ser estimuladas, envían señales a la médula espinal y luego al cerebro, desencadenando una explosión de placer.
“Entre el 76 % y el 80 % de las personas con vulva necesitan estimulación del clítoris para llegar al orgasmo. Y el 69.7 % considera que la penetración es más placentera si se estimula el clítoris, convirtiéndolo en una parte crucial del disfrute sexual,” comenta Claudia Lobatón, sexóloga de Platanomelón México.
Aunque las anatomías femenina y masculina parecen muy diferentes, el clítoris y el pene tienen muchas similitudes. Ambos órganos tienen prepucio, glande, frenillo, cuerpos esponjosos y cavernosos, aunque distribuidos de manera diferente.
Genéticamente, esto no es sorprendente, ya que hasta la semana 5 o 6 de gestación, el feto desarrolla sus órganos sexuales a partir de estructuras similares.
Otra coincidencia es que ambos órganos reaccionan a la excitación mediante el aumento del flujo sanguíneo. El clítoris se llena de sangre y aumenta de tamaño, un fenómeno que también puede ocurrir durante la fase REM del sueño, con hasta cinco excitaciones nocturnas.
Un poco de historia
A pesar de su fascinante funcionamiento, el clítoris permaneció en la oscuridad durante casi 2,000 años. Aunque la Antigua Grecia reconocía su existencia, Hipócrates prohibió su estimulación en solitario, una restricción que perduró siglos.
No fue sino hasta 1998 cuando la uróloga Helen Connell realizó una descripción completa del clítoris. Connell, la primera mujer cirujana uróloga en Australia, profundizó en su anatomía hasta 2005, utilizando la resonancia magnética para explorar este órgano y desmitificar su funcionamiento.
Agencias