Haití – Dos misioneros estadounidenses, Nathalie y Davy Lloyd, fueron asesinados el jueves 23 de mayo de 2024 por la noche en Lison, Croix-des-Bouquets, Haití. El ataque armado se produjo en un orfanato donde los misioneros estaban cumpliendo su labor.
La información fue confirmada por Ben Baker, representante del estado de Missouri y padre de una de las víctimas, en su página de Facebook: “Mi corazón está roto en un millón de pedazos. Nunca sentí este tipo de dolor”, escribió el legislador republicano. Baker informó que su hija, Natalie, y su esposo, Davy Lloyd, murieron cuando fueron "atacados por pandillas" el jueves por la noche. “Fueron juntos al cielo. Por favor oren por mi familia, necesitamos fuerza desesperadamente. Y oren también por la familia Lloyd. No tengo otras palabras por el momento”, añadió.
Según el New York Post, Natalie y Davy Lloyd sirvieron en Missions in Haiti Inc., fundada en 2000 por los padres de Davy, David y Alicia Lloyd. Mientras salían de una reunión de una iglesia juvenil con sus hijos, "fueron emboscados por una pandilla de tres camiones llenos de hombres", informó la misión en Facebook. Davy Lloyd fue atado y golpeado antes de que la pandilla saqueara el sitio y huyera, solo para que apareciera otro grupo más tarde. "Esta banda ha entrado en modo de ataque total", destacó el comunicado de prensa de la misión.
La pareja y una tercera persona se refugiaron en una casa mientras la pandilla disparaba contra todas las ventanas. Los tres fueron asesinados a tiros el jueves alrededor de las 9 p.m.
La Casa Blanca pide un rápido despliegue en Haití tras el asesinato
El presidente Joe Biden apoya un “despliegue rápido” de una misión internacional destinada a garantizar la seguridad en Haití tras el asesinato de los misioneros estadounidenses. “La situación de seguridad en Haití no puede esperar”, dijo un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, expresando sus condolencias a las familias de las víctimas.
Este trágico evento subraya la urgente necesidad de seguridad en Haití, donde la violencia de las pandillas ha alcanzado niveles alarmantes, poniendo en peligro a ciudadanos locales y extranjeros por igual.