EFE
PUERTO PRÍNCIPE. — El gobierno de Estados Unidos se comprometió el martes a reforzar la Policía Nacional de Haití mientras el país enfrenta un aumento de la violencia de las pandillas y una grave escasez de combustible que ha agravado su crisis económica.
Estados Unidos ha proporcionado 19 de los 60 vehículos policiales prometidos a las autoridades haitianas y pronto entregará un par de cientos de equipos de protección, explicó Todd Robinson, secretario adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales contra el Narcotráfico y Aplicación de la Ley.
Además, Washington trabajará con la policía haitiana para hacer frente a las pandillas e implementará programas de desarrollo comunitario y prevención de la violencia, agregó el funcionario estadounidense. “Seamos claros.
Haití enfrenta una serie de desafíos, pero las pandillas son la mayor amenaza a la estabilidad ciudadana. El gobierno de Estados Unidos se toma esta amenaza muy en serio“, afirmó Robinson durante una visita oficial de dos días al país, que trata de recuperarse del asesinato de su presidente el 7 de julio y de un sismo de magnitud 7,2 que remeció el suroeste del país a mediados de agosto y dejó más de 2.200 fallecidos.
Aunque afirmó que Estados Unidos trabajará con otras autoridades gubernamentales, “Al final del día, no va a ser la comunidad internacional la que salga al rescate de Haití. Van a ser los haitianos”, añadió.
Según Robinson, Washington no planea enviar tropas pero trabaja muy de cerca con Haití “para liberar de forma segura y lo antes posible” a los 16 ciudadanos estadounidenses y al canadiense que fueron secuestrados el 16 de octubre.
El líder de la pandilla 400 Mawozo que secuestró a los misioneros de Christian Aid Ministries, con sede en Ohio, ha pedido un recate de un millón de dólares por cabeza.
Horas más tarde, altos cargos gubernamentales haitianos ofrecieron una conferencia de prensa acerca de la escasez generalizada de combustible que se achaca al bloqueo de las terminales de distribución por parte de las pandillas.
La crisis afecta a hospitales, escuelas, transporte público, empresas de telefonía, bancos, periódicos o emisoras de radio, entre otros. “Estamos trabajando sin descanso para resolver la crisis del gas“, dijo el ministro de Justicia Liszt Quitel.
“La crisis es complicada“. También el martes, la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH) expresó en un comunicado su preocupación extrema por la falta de combustible y pidió a todos los actores implicados que hagan todo lo necesario para garantizar un suministro estable de gasolina.