Un estudio reciente titulado "Los efectos del ejercicio nocturno de alta intensidad sobre el sueño en adultos sanos: una revisión sistemática y un metanálisis" ha revelado hallazgos interesantes sobre cómo el ejercicio de alta intensidad (HIE) antes de acostarse afecta el sueño. Este estudio analizó 15 investigaciones previas, abarcando una muestra de 194 participantes de edades entre 18 y 50 años, incluidos tanto sedentarios como personas en buena forma física.
El estudio encontró que el ejercicio de alta intensidad realizado entre 0,5 y 4 horas antes de acostarse puede reducir el sueño REM en un 2,34% en comparación con no hacer ejercicio. Sin embargo, no se observaron otros cambios significativos en el sueño. Realizar ejercicio de alta intensidad entre 2 y 4 horas antes de dormir no interrumpió el sueño nocturno de adultos sanos, jóvenes y de mediana edad.
El ejercicio de alta intensidad menos de una hora antes de dormir puede dificultar conciliar el sueño y reducir el tiempo de descanso. En cambio, realizarlo dos horas o más antes de dormir puede mejorar la calidad y cantidad del descanso. Dormir es esencial para el buen funcionamiento del cuerpo, y la falta de sueño puede tener consecuencias negativas para la salud.