Por Julio A. Altagracia
El Horizonte, Distrito Nacional RD.- La designación, unánime, de la Licenciada Yeni Berenice Reynoso como Procuradora General de la República Dominicana, por parte del Consejo de la Magistratura, a propuesta del Presidente Luis Abinader, no solo debe ser visto con orgullo y satisfacción por parte de nuestra sociedad al sentirse dignamente representada, ni como un merecido reconocimiento a la valentía personal, capacidad profesional e integridad en valores y principios de esta magistrada, sino y además, como un contundente mensaje del Presidente de la Republica en su inquebrantable decisión de combatir con energía y determinación la corrupción y la impunidad en la Administración Pública, flagelo este que ha carcomido la estructura institucional de nuestro país.
Si a lo anterior le agregamos, como últimas acciones, la emisión reciente del Decreto Presidencial Número 76-25, mediante el cual se crea la Comisión Presidencial de Transparencia y Anticorrupción, con el propósito de integrar y coordinar las distintas estrategias gubernamentales de prevención, transparencia y acceso a la información pública, que será ampliado con la creación e implementación del Sistema Nacional Anticorrupción, mismo en proceso de la elaboración y puesta en ejecución, lo que evidencia claramente las firmes intenciones y propósitos que en ese tema animan al Presidente de la República.
En ese mismo orden, no debemos pasar por altos como un mensaje claro, las ultimas designaciones ejecutadas por el Presidente Abinader en el Gabinete de Gobierno al escoger connotadas figuras políticas de una reconocida conducta ejemplar en ética, eficiencia y principios morales como las del hijo del Licenciado Hatuey Decamps, el joven Licenciado Luis Miguel Decamps, para el importante Ministerio de Educación, después de una exitosa gestión en el Ministerio del Trabajo, así como la integración al Gabinete Presidencial del Doctor Eddy Olivares, destacado dirigente del PRM, y con una limpia trayectoria publica en el ámbito político y administrativo, así como también la del Ingeniero Eduardo Estrella, para el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones, quien es un hombre con grandes admiraciones y valoraciones por parte de la Sociedad Dominicana, y tenido como una gran reserva moral con que cuenta la nación, cuyas notas de conductas publicas lo colocan con las más altas estimas y aprecio del pueblo dominicano.
Por otro lado, la comparecencia, el pasado 27 de Febrero, del Presidente de la República, al Congreso Nacional, en acto de rendición de cuentas públicas en un discurso a la nación y el mundo, así como su accionar consistente y permanente, constituyó el más diáfano y firme mensaje del Jefe del Estado, de que con su gestión pública habrá un antes y un después en el que las instituciones estatales y el quehacer político en República Dominicana experimentaran profundas transformaciones, sustentadas en un ejercicio público en el que el desarrollo económico y social del país vaya acompañado de las mejores prácticas morales, propósitos estos que marcan no solo el despegue definitivo de nuestras instituciones, sino la realidad tangible e irrebatible de que el Presidente Luis Abinader se encamina a pasos agigantados hacia la construcción de un legado histórico sin precedentes en la República Dominicana.
