Santo Domingo. Rep. Dom. – A lo largo de sus casi 96 años, María Celeste Feliz Tejeda se distinguió no solo por su labor en el aula, sino por su profundo compromiso con sus estudiantes y su comunidad. Ejemplo de ello era su costumbre de visitar personalmente las casas de los alumnos que faltaban a clases, mostrando un interés genuino por su bienestar y formación.
Su vida fue un testimonio de vocación, no solo en el ámbito educativo, sino también en su papel como esposa, madre y miembro activo de la sociedad. Junto a su esposo, el juez Nicolás Enrique Mateo Bautista, formó una familia sólida y ejemplar, con cinco hijos; Ysabel, Henry, María Luisa, Carmen y Augusto; que siguieron el camino del profesionalismo y el servicio, reflejando los valores inculcados por sus padres.
La profesora Celeste Feliz dejó una huella imborrable en cada lugar donde ejerció la docencia, desde sus primeros años como directora en la Escuela de Las Yayas de Viajama, hasta su trabajo en la Escuela Francisco del Rosario Sánchez y el Liceo Pedro Henríquez Ureña de San Juan de la Maguana. Sus alumnos, muchos de los cuales llegaron a ser reconocidos profesionales, la recuerdan como una maestra que no solo les enseñó conocimientos, sino también valores humanos.
Celeste, quien fue definida como una “Santa” entre sus familiares por dedicar su vida plena a servir, dar amor e irradiar paz entre quienes la conocieron y tuvieron la oportunidad de recibir el legado de su enseñanza, fue hija de Gerineldo Feliz, uno de los fundadores de Padre Las Casas, donde pasó parte de su infancia y luego culminó sus estudios secundarios en Azua, donde a partir de ahí incursionó en el magisterio.
Además de su labor como educadora, Celeste mostró una sensibilidad especial hacia las causas sociales. En Elías Piña, fue elegida reina de San Andrés, utilizando esa plataforma para recaudar fondos con fines caritativos, reafirmando su espíritu solidario.
En su faceta como escritora, el pasado año publicó el libro de poesía "Inspiración Divina", reflejo de su profundidad espiritual y su conexión con lo trascendente.
Celeste Feliz Tejeda no solo fue una maestra de aula, sino una maestra de vida. Su legado de amor, paz y servicio continúa vivo en cada persona que tuvo la fortuna de conocerla y aprender de ella. Su partida deja un vacío, pero su ejemplo seguirá inspirando a futuras generaciones.
Los restos de la distinguida maestra, serán velados en la Funeraria Blandino de la Avenida Abraham Lincoln a partir de este domingo 8 de septiembre a las 9:00 de la mañana y el lunes 9, sus familiares y allegados le rendirán culto en la Funeraria Fortuna de San Juan de la Maguana, donde después del mediodía le darán cristiana sepultura en el Cementerio Municipal de esa ciudad. Paz a su alma.