Por José Bautista
Aunque históricamente el Pleno de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana (CCRD) se ha manejado en medio de escándalos públicos, en diferentes administraciones, los miembros de esta gestión que están en la postrimería de sus funciones para las que fueron escogidos; no escapan a esa vergonzosa realidad que impacta dolorosamente a cada ciudadano del país.
El actual Pleno de la Cámara de Cuentas que preside Janel Andrés Ramírez, y que completan Elsa María Catano Ramírez, vicepresidenta; Tomasina Tolentino, secretaria, Mario Arturo Fernández Burgos y Elsa Peña Peña, miembros ha tenido que enfrentar duras críticas , conflictos, acusaciones de usurpación de funciones y falsificación de documentos.
El presidente fue acusado de acosar sexualmente a dos de sus integrantes, lo que generó un mayúsculo y desagradable escándalo a nivel nacional.
Como dominicano siento vergüenza que un organismo colegiado como la Cámara de Cuentas tenga miembros tan deficientes e inoperantes.
Tan avergonzado estoy de ese Pleno de la Cámara de Cuentas, que la Cámara de Diputados abrió un plazo para nuevos miembros, el cual cierra el próximo día 14 del presente mes de noviembre, menos de 10 aspirantes a ser miembros se han registrado, lo que deja evidenciado que la credibilidad de ese organismo está bien en picada.
La Cámara de Cuentas de la República Dominicana tiene que ser integrada por personas, no sólo que reúnan las condiciones profesionales requeridas, sino de seres humanos creíbles, serios, responsables y honestos que fiscalicen de manera transparente los recursos del Estado dominicano.
El Pleno de la CCRD tiene que ser removido de cuajo, ya que ninguno de sus miembros, no se han manejado a la altura de sus delicadas funciones, y mucho menos han cumplido, por lo que el padre de la Patria Juan Pablo Duarte tiene que sentir vergüenza en su tumba, debido a que ese organismo lo fundó él, en el año 1844.
Esa institución es un órgano constitucional que se encarga de controlar los recursos públicos, examinar las cuentas de la República Dominicana, emitir normas de carácter obligatorio y velar por la administración eficiente de los recursos.
La Cámara de Cuentas de la República Dominicana tiene autonomía administrativa, operativa, y presupuestaria. Sus funciones se realizan mediante auditorías, estudios e investigaciones especiales.
Además, la CCRD tiene sus orígenes en la Primera Constitución de 1844, cuando se estableció un Consejo Administrativo para verificar las cuentas generales o informar al Congreso Nacional-
De acuerdo al artículo 10 de la ley 10-04, tiene diferentes funciones, entre ellas; practicar auditoría externa financiera de gestión, estudios e investigaciones.
La Cámara de Diputados tiene que trabajar sin descanso, observando, analizando y ejecutar con mucho cuidado para escoger los nuevos miembros de la Cámara de Cuentas de la República Dominicana para que se casen con la gloria, y le eviten a la sociedad sentir vergüenza de esos funcionarios que se le asigna tan noble encomienda de fiscalizar los recursos del Estado.