BBC Mundo
Miles de millones de dólares de dinero chino están impulsando varias economías europeas, pero algunos de los acuerdos que se están cerrando tienen un truco. Los críticos dicen que son «trampas de deuda», en las que China puede elegir qué sucede si los préstamos no se pagan.
China insiste en que es un socio de inversión confiable, pero también enfrenta acusaciones de explotación laboral y daño ambiental.
Es uno de esos momentos de CCTV en los que está a punto de ocurrir un desastre. Se puede ver a un trabajador portuario en el gran puerto griego de El Pireo, cerca de Atenas, paseando por el muelle junto a una enorme pila de contenedores.
De repente, mira hacia arriba y ve uno de ellos cayendo en picado hacia él, seguido de cerca por otro. El estibador sale corriendo y escapa por poco de ser aplastado por las dos enormes cajas, que en cambio golpean con fuerza un camión vacío.
El año pasado, otro trabajador de El Pireo no tuvo tanta suerte. Dimitris Dagklis, de 45 años de edad, no escapó y murió en un accidente con una grúa.
«Su muerte fue el resultado de la intensificación de nuestro trabajo y de que no había suficientes medidas de seguridad», lamenta Markos Bekris, presidente del sindicato de estibadores del puerto.
Desde la muerte de Dagklis, los sindicatos se declararon en huelga por las reducciones de personal en el puerto, cuya propiedad pertenece en dos terceras partes a la empresa estatal china Cosco.
En toda Europa, mientras los gobiernos se preocupan por la invasión de Rusia a Ucrania después de la pandemia, Pekín está en marcha, ampliando su cartera, administrando puertos y minas europeos, construyendo carreteras y puentes, invirtiendo donde otros no lo harán.
Pero los países tienen que sopesar las recompensas y los riesgos de firmar acuerdos con China. Muchos gobiernos desconfían cada vez más de las llamadas «trampas de la deuda», en las que los prestamistas, como el Estado chino, pueden obtener concesiones económicas o políticas si el país que recibe la inversión no puede pagar.
El costo de la reactivación
También hay denuncias de trabajadores que dicen ser explotados por empresas chinas, en términos de salarios, condiciones y niveles de personal.
Le hicimos preguntas a Cosco sobre la muerte de Dimitris Dagklis, los niveles de personal en El Pireo y las preocupaciones ambientales sobre la expansión del puerto. La compañía dijo que no nos daría una entrevista y que no podía ayudar más.
Bekris no culpa exclusivamente a Pekín por contribuir a lo que dice ha sido una erosión de los derechos laborales. Argumenta que el sistema capitalista posterior a la crisis financiera mundial habría permitido que cualquier empresa extranjera entrara y maximizara las ganancias a expensas de los trabajadores.
No hay duda de que la inversión de Pekín ha impulsado un renacimiento en el puerto desde que el gobierno griego se vio obligado a venderlo, junto a otros activos públicos, a raíz de la crisis económica que golpeó con tanta fuerza en 2008.
A medida que navegamos a lo largo de la costa en una pequeña lancha a motor, pronto encontramos una cola de enormes barcos de carga repletos de contenedores que se alinean en el horizonte esperando amarres: un estacionamiento acuático gigante, lleno de cientos de miles de toneladas de productos, en su mayoría fabricados en China, que pronto serán distribuidos a todos los rincones de Europa.
El auge en El Pireo, incluidas las oportunidades laborales para los lugareños, refleja una transformación más amplia en las fortunas financieras de Grecia. Ahora es una de las economías de más rápido crecimiento de la UE.
Pero, como todos sus vecinos europeos, Grecia también se esfuerza por hacer frente al impacto, económico y de otro tipo, de la guerra de Ucrania. Las naciones están reevaluando lo que significa hacer negocios con Pekín, que en febrero declaró un nuevo orden global, junto con su aliado Moscú.
El día de la inauguración de sus propios Juegos Olímpicos de Invierno, China declaró una asociación «sin límites» con Rusia y prometió colaborar más contra Occidente. Desde entonces, China se ha negado rotundamente a condenar el ataque del presidente Putin a Ucrania.
En El Pireo, el presunto daño ambiental causado por la expansión del puerto ha provocado acciones legales por parte de la población local contra los propietarios chinos, Cosco. Existen preocupaciones particulares sobre el dragado descontrolado del lecho marino y la contaminación tóxica, así como el aumento del tráfico tanto por mar como por tierra.
La abogada Anthi Giannoulou, que jugaba en la costa rocosa cuando era niña, teme por el futuro a largo plazo de su comunidad.
«No beneficiará a El Pireo. Beneficiará a otras personas que no viven aquí.
«El Pireo es una ciudad realmente pequeña y las personas que aún viven aquí lo han hecho durante muchas generaciones. Por lo tanto, no podemos ser expulsados por alguna inversión sin que nos pregunten al respecto», dijo.
Cuando China es el único inversor
En el vestíbulo de mármol de un edificio gubernamental en el centro de Atenas, nos recibe el ministro de Relaciones Exteriores de Grecia, Nikos Dendias. Explica que la inversión en El Pireo ha sido mutuamente beneficiosa y recuerda que China fue el único inversor que se presentó cuando el gobierno griego se vio obligado a vender el puerto.
«En nuestras relaciones económicas, creo que ambas partes se benefician. China tiene un punto de entrada para sus productos a la Unión Europea, a los Balcanes y a Europa central y oriental. Y tenemos actualizado un gran puerto comercial», apunta.
Tras la crisis de 2008, la llamada «troika europea» de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional se mantuvieron firmes en la venta del puerto para ayudar a pagar las crecientes deudas de Grecia.
«La verdad es que China se apoderó de El Pireo y ahora es uno de los puertos más grandes de Europa y, si lo que dicen es cierto, y no tengo motivos para dudarlo, probablemente será el número uno o el número dos en toda Europa. Así que eso es una gran mejora y la inversión es sustancial», señala.
Pero, ¿qué pasa con las posibles «trampas de deuda» que podrían surgir con cualquier futura inversión china en Grecia? ¿Es el puerto del Pireo el punto culminante de las relaciones de Atenas con Pekín? El ministro admite que su gobierno no ha firmado más acuerdos importantes, pero sugiere que evaluará las oportunidades futuras caso por caso.
«No [hay] ninguna inversión china más sustancial en Grecia, pero juzgamos la inversión en términos comerciales. Quiero decir, si los chinos quieren invertir, somos un país libre y una economía libre», señaló.
«Nos tratan como esclavos»
Grecia no es la única parte de Europa donde se están invirtiendo los miles de millones de Pekín.
De pie en una colina con vistas a la ciudad serbia de Bor, cualquiera podría pensar que había sido transportado a una provincia china. Los trabajadores gritan instrucciones en mandarín, las banderas son rojas y las oficinas administrativas parecen templos.
China está invirtiendo dinero en la mina de cobre que ha definido este lugar durante décadas. La extracción del metal ha teñido el agua de algunos lagos y embalses cercanos de un tono oxidado.
También es una metáfora de cómo el rojo del Partido Comunista Chino está dejando su huella en este continente.
En Europa, pero fuera de la UE, Serbia no tiene el mismo nivel de derechos de los trabajadores que esperaría encontrar en Dublín, Madrid o Viena.
Esto se puso de manifiesto cuando conocimos a un hombre vietnamita de 35 años en las sombras de un edificio abandonado en la ciudad de Zrenjanin, al norte de la capital, Belgrado.
«La empresa china nos trata fatal. No nos respetan«, nos dijo en voz baja el hombre, padre de tres hijos.
Dung, que no es su nombre real, dijo que le habían pagado el equivalente a US$1.500 para venir a Serbia a trabajar en la construcción de la fábrica de neumáticos Ling Long. Pero que pronto se había arrepentido.
«Nos obligaron a trabajar más, pero no proporcionaron suficientes suministros. Cuando llegué aquí por primera vez, recibía el doble de comida», se lamentó.
Dung explicó que a los aproximadamente 400 trabajadores vietnamitas reclutados se les pagó menos que a los empleados chinos en el mismo sitio.
«Hay 20 o 30 trabajadores viviendo juntos en cada contenedor. Nos tratan como esclavos», afirmó.
Trató de dejar su trabajo después de cinco meses, pero afirma que su empleador le dijo que no había posibilidad de conseguir un vuelo de regreso a Vietnam. Se quedó varado a miles de kilómetros de su casa.
Desde entonces, nos enteramos que Dung logró regresar con su familia, pero solo después de obtener un préstamo de US$.1875 para hacerlo.
No son solo las malas condiciones las que alarman a algunas organizaciones benéficas, sino también los contratos que se les pide a los trabajadores que firmen.
Los documentos de empleo que vimos en Serbia, un país que aspira a unirse a la UE, parecen haber sido copiados y pegados de los que se usan para trabajadores extranjeros en países de Medio Oriente que tienen la pena de muerte.
Las ONGs serbias, que fueron las primeras en informarnos sobre las condiciones en la fábrica de neumáticos Ling Long, dicen que se sorprendieron cuando se dieron cuenta de lo que estaba sucediendo allí.
«Es el caso más visible de trata de personas y explotación laboral que hemos tenido en el país hasta ahora», dice Danilo Curcic de la ONG A 11 Initiative. Agrega que lo que sucedió en la fábrica sirve como una advertencia para el resto de Europa, ya que las empresas chinas se expanden por todo el continente.
«Si tienes empresas chinas que vienen a otros países y no tienes instituciones que sean lo suficientemente fuertes para prevenir las violaciones de los derechos humanos o las violaciones de las normas laborales, probablemente tendrás una competencia a la baja [en las condiciones laborales] con otras empresas», señaló.
La fábrica de Ling Long no respondió a las acusaciones hechas por Dung y otros, pero los medios locales en Serbia informaron que la compañía dijo que estaba comprometida con altos estándares de bienestar de los trabajadores.
El gobierno serbio asegura que la inversión de China ha impulsado su crecimiento económico y el presidente Aleksandar Vucic ha argumentado que una pequeña cantidad de trabajadores vietnamitas no debería poner en peligro una mayor inversión china.
Estas presuntas violaciones de los derechos humanos en Europa por parte de China se hacen eco del trato que reciben los musulmanes uigures en su hogar en la provincia de Xinjiang.
Trampas y deudas
Pero también hay otras razones para la cautela.
Richard Moore, jefe de la agencia de espionaje extranjero MI6 del Reino Unido, advirtió no solo sobre las trampas de la deuda de China, sino también sobre las «trampas de datos». Y le dijo a la BBC el año pasado que China tenía la capacidad de «recolectar datos de todo el mundo» y usaba dinero para «comprometer a la gente».
China rechaza tales acusaciones.
Pero, en el Reino Unido, el gigante chino de las telecomunicaciones Huawei ha sido excluido de la infraestructura 5G británica. La empresa también se enfrenta a un escrutinio continuo sobre sus prácticas de seguridad y sobre sus posibles vínculos con el gobierno chino, algo que la companía niega.
Estados Unidos ha impuesto sanciones a la empresa.
De vuelta en Belgrado, vemos algunas de las 8.000 cámaras de seguridad que se han instalado en las calles. Los grupos de derechos humanos están preocupados de que la tecnología biométrica de Huawei pueda usarse con estos aparatos, pero el gobierno serbio dice que las capacidades de reconocimiento facial no se introducirán en el corto plazo.
En cuanto a las trampas de la deuda china, los críticos de Pekín apuntan hacia otro gran proyecto en Europa que, al igual que ocurre con Serbia, está justo fuera de la órbita de las normas y reglamentos de la UE: en Montenegro.
Conducir por la única autopista de ese país es una experiencia surrealista. Tenemos el camino solo para nosotros, aparte de un rebaño de ovejas que deambulan por ahí.
La idea largamente concebida de construir esa vía rápida era impulsar el comercio en este país balcánico, uniendo el puerto de Bar, en el mar Adriático en el sur, con la frontera con Serbia, en el norte. Pero los sucesivos estudios de viabilidad europeos concluyeron que sería demasiado complejo y demasiado caro.
Entonces, Chino dio un paso adelante con US$1.000 millones. No es un regalo para Montenegro, sino un préstamo que hay que devolver.
Sin embargo, seis años después de que comenzaran los trabajos de construcción, solo se han construido unos 41 km, lo que la convierte en una de las autopistas más caras del mundo.
Después de atravesar puentes y túneles excavados en el campo en el tramo que se ha construido, llegamos literalmente al final del camino. El proyecto ha estado plagado de acusaciones de corrupción y sobornos, y ya lleva dos años de retraso. Algunos se preguntan si alguna vez se terminará.
Los términos del acuerdo con China establecen que si Montenegro no paga las cuotas del préstamo, cualquier decisión sobre los daños que se deban se llevará a cabo en Pekín. China podría apoderarse de otros activos, incluido, potencialmente, el puerto de Bar.
Un ministro del gobierno montenegrino que heredó este cáliz envenenado es Milojko «Mickey» Spajić, de 34 años de edad. Él lucía notablemente brillante y despreocupado cuando nos reunimos por Zoom y explicó cómo había ideado y asegurado un acuerdo de pago para que la autopista nunca lleve a la bancarrota a su país.
Para él, la posición de Montenegro es emblemática de muchos países más pequeños que buscan financiamiento para iniciar proyectos de infraestructura e impulsar sus economías.
«Necesitamos inversiones. Si los chinos son los únicos interesados en invertir, yo digo ‘adelante’, pero solo hay que tener cuidado con los términos de estas inversiones, sus condiciones y asegurarse de que todo esté en línea con tus políticas generales», señaló.
Sin embargo, la semana pasada, Spajić perdió su trabajo cuando se formó un nuevo gobierno minoritario. Construir el resto de la autopista -y pagar la deuda china-, será ahora un problema para su sucesor.
A pesar de todas las críticas dirigidas a China, hay un proyecto que algunos presentan como ejemplo de buenas prácticas de construcción y cooperación efectiva entre Oriente y Occidente. Está justo en la costa del Adriático cerca de Montenegro: en Croacia.
Aunque es domingo cuando lo visitamos, el trabajo en el puente de Pelješac está en pleno apogeo, con camiones rodando sobre él y vigas que son descargadas y perforadas para colocarlas en su lugar.
Este es el proyecto de infraestructura más grande de Croacia y unirá la península de Pelješac con la Croacia continental. Actualmente, para llegar al continente, los croatas de la península tienen que pasar por un tramo de costa perteneciente a la vecina Bosnia.
La mayor parte de la factura del nuevo puente ha sido pagada por la UE (Croacia es miembro), pero está construido por Pekín hasta el último tornillo. El ejército de trabajadores que pintan, barren y asfaltan son todos chinos.
Sin embargo, este proyecto no está exento de polémica.
La oferta de la empresa estatal china The China Road and Bridge Corporation fue un 20% más barata que su competidor más cercano. Los rivales europeos denunciaron que había trampa, pero no pudieron detener el acuerdo.
Para Branimir Vidmarovic, profesor de la Universidad de Pula en Croacia, el Puente Pelješac es una ilustración de dónde los países europeos pueden encontrar un equilibrio entre Oriente y Occidente sin distanciarse de EE.UU., el mercado más grande del mundo.
«Si excluimos tecnologías críticas, si cooperamos en cosas físicas como ferrocarriles, proyectos de infraestructura, no creo que haya ningún problema en satisfacer tanto a la UE, la OTAN, EE.UU. y China», dice.
Pero la Casa Blanca de Biden, que heredó una guerra comercial con China de la administración Trump, no ha suavizado su posición sobre Pekín en muchas áreas y ha pedido a Europa que se aleje de la financiación y los favores chinos.
Esperábamos hablar con un alto diplomático chino actual para obtener más información sobre el pensamiento de Pekín detrás de su expansión a Europa. Pero ninguno de los cinco embajadores chinos a los que nos acercamos estaba disponible.
Ya sea dentro de la UE, como Grecia y Croacia, o en su periferia, como Serbia y Montenegro, las naciones europeas tendrán que sopesar los pros y los contras de adoptar acuerdos con China, caso por caso.
El hecho de que el mejor amigo declarado del presidente Xi Jinping sea Vladimir Putin, el hombre que ha sumido a Europa en su mayor crisis de seguridad desde la Segunda Guerra Mundial, es un factor que eclipsará cada decisión que se tome.
Reportería adicional de Kostas Kallergis.