VIDA, IGLESIA Y SOCIEDAD
Por: Pastor José Ramón Rodríguez
En el año 1996 hice una especialidad denominada: Preparación y evaluación de proyectos sociales con participación comunitaria que ofrecía la Unidad de postgrado de la Facultad de Ciencias Jurídicas de la UASD. En esta Especialidad se dio cita el mundo profesional de las ONG en RD. Fue una oportunidad para muchos que no habían recibido capacitación alguna antes de iniciar sus trabajos como interventores sociales.
En el programa se incluía una Charla Magistral titulada: ¿Cómo se inicia la investigación científica en la humanidad? Era dictada por el coordinador de la especialidad. Se anunciaba con mucha antelación y se requería de la asistencia de todos los participantes. La ponencia en si misma es una pequeña historia que un día la contare.
Lo que hace significativa la misma no es el contenido, que de hecho se diluye en el recuerdo dejando una sensación de que fue un día bastante cómico de verdad, sino la aplicación que desde entonces le doy a esa charla magistral.
El expositor comenzaba diciendo que, en la antigüedad, y según él, hace muchos millones de años el hombre vivía en las riberas de los ríos y mares. Cada día alrededor de las 5 de la mañana los hombres de la comunidad se levantaban e iban a la orilla ya sea del mar o del rio para entonar una canción pidiéndole al sol que saliera.
Así duraban hasta que veían aparecer los primeros rayos del sol y hacían un ruido de triunfo lo que despertaba a toda la comunidad y le invita a levantarse. Eso ocurría todos los días y nadie se hacía pregunta de nada porque todos estaban contentos con llamar al sol y ver el sol venir.
Un día de fiesta colectiva comió en hora de la noche, bebieron, fumaron, comieron frutas fermentadas y terminaron borrachos y se durmieron. Siguieron durmiendo más allá de las 5 de la mañana y cuando despertaron se dieron cuenta que el sol había salido sin que ellos lo llamaran.
Esto causo conmoción en toda la población, hubo suicidio en masa. Aquellas personas cuyo valor está ligado a esa llamada al sol no pudieron resistir saber que el sol podía salir sin sus cantos y sus voces.
En eso consistía la ponencia porque después de decir esto con todo el histrionismo, alegaba que así comenzó el deseo de investigar en la humanidad. Eso nos tomada desde las 9 de la mañana hasta las 4 de la tarde. Como dije fue un día cómico. No recuerdo que haya dicho algo más, o más si tenía algo más que decir.
Aquí mi aplicación: ¿Cuántas personas viven creyendo que ellos hacen salir el sol? ¿Cuántas personas viven creyendo que sin ellos la vida, la iglesia, las organizaciones se hunden? ¿Cuántas personas viven creyendo que el valor de su vida está en hacer cosas para luego darse cuenta de que esas cosas no tienen valor?
Si algunas vez creíste que ciertamente hacías salir el sol o que las cosas que se hacen a tu alrededor se hacen por ti, tengo para informarte que un día te emborracharas y te quedaras dormido o dormida y cuando despierte podrás ver que el mundo siguió igual solo que sin tus ojos para verlo.