El Horizonte, Distrito Nacional RD.- Ya se siente las brisas, anunciando no sólo la llegada de las fechas más esperada del año, sí no que a escasos días se inicia el nuevo año 2025 y con él se renuevan las esperanzas y nos cargamos de ilusiones con sentimientos de fe, tan firmes y arraigados que nos ubican emocionalmente no sólo en el umbral de la esperanza para los próximos 12 meses y el porvenir, sí no que en esta ocasión nos ubica en el epicentro de enormes posibilidades para el despegue definitivo de todas nuestras instituciones, con tan solo aprovechar adecuadamente nuestros retos y perspectivas.
Con nuestras amenazas naturales e inevitables, colocados geográficamente en una zona envidiable por su clima, la geopolítica, la adultez de nuestra democracia y un sistema político generador de estabilidad social y crecimiento económico por encima del entorno, así como con la calidad de nuestra gente y la ventaja de estar colocados justamente por donde nace el sol encendiendo la luz del mundo.
Con las condiciones adversas y positivas que se desarrollan y conviven en nuestro entorno de la zona de América y del mundo, mismas que nos brindan oportunidades sin igual, con solo asumir con sabiduría y determinación las acciones que imponen los retos y perspectivas para aprovechar al máximo la inmensidad de oportunidades que se avizoran en nuestro horizonte.
Por la ocasión, envidiable, de tener en estos momentos como líder de la nación y administrador del Estado Dominicano, al Presidente Luis Abinader, portador de la confianza y la admiración de su pueblo ganada sobre la seriedad, la honestidad, la trasparencia, la capacidad y humildad que
ha exhibido en su comportamiento, constituyen elementos que lo han convertido en el más sólido líder de toda el área y en el hombre que encarna los sentimientos más puros de todos los sectores de la vida dominicana.
Además, una sociedad empoderada de responsabilidad y unos poderes faticos organizados y sólidos, con la determinación de apoyar y defender el clima de estabilidad, progreso económico y social que se vive y crece en todos los órdenes del pueblo dominicano.
En ese orden, debemos suponer que sobre esos cimientos y otros de no menor relevancia son los que motivaron al presidente Abinader, en su mensaje a la nación la noche del primero de diciembre próximo pasado en el que dejo traslucir sus positivismo y seguridad de un porvenir provisorio para nuestro país, en el trascurso de los próximos años de su gestión de gobierno.
El hombre que se dirigió a sus conciudadanos en esa ocasión estaba tan revestido de fe y seguridad que daba la impresión de esta colocado de pies y con firmeza en el umbral de la esperanza y ese parece ser el sentir de la inmensa mayoría del pueblo dominicano.
Tenemos un gran país, una gran nación, con gente buena cuya idiosincrasia es sustentada en la amistad, la alegría y el amor. El presidente Abinader, con visión de futuro se dirigió al pueblo y con su mensaje encendió luz de la esperanza y la fe, es responsabilidad de cada uno de nosotros no permitir que esa luz sé acabe, apoyando y estimulando las buenas acciones, para que esa luz siga brillando la suerte y el porvenir de todos los dominicanos.
Feliz Año 2025, Dr. Julio Altagracia.