Desde el inicio del conflicto en Ucrania, China y Rusia han consolidado una alianza estratégica que ha desafiado las dinámicas geopolíticas tradicionales, la segunda visita de Vladimir Putin a China en siete meses subraya la importancia de esta relación, mientras ambos líderes, Putin y Xi Jinping, se reúnen en Pekín para discutir una variedad de asuntos de interés común.
Desde que Rusia invadió Ucrania en febrero de 2022, la relación entre Moscú y Pekín se ha intensificado significativamente, China se ha convertido en un socio crucial para Rusia, ayudándola a mitigar el impacto de las sanciones occidentales mediante el fortalecimiento de sus lazos comerciales y estratégicos.
El papel de China en el conflicto ha sido objeto de escrutinio, con acusaciones de suministro de componentes esenciales para la maquinaria de guerra rusa.
A pesar de las negativas oficiales de China, las acusaciones persisten, alimentando tensiones entre Occidente y el bloque sino-ruso.
La relación comercial entre China y Rusia ha alcanzado niveles récord, con un comercio bilateral que superó los 240 mil millones de dólares en 2023, un aumento significativo desde el inicio del conflicto en Ucrania.
China se ha convertido en el principal proveedor de una variedad de productos, desde automóviles hasta materias primas, ayudando a compensar las pérdidas sufridas por Rusia debido a las sanciones occidentales.
La dependencia mutua se refleja en el sector energético, con China emergiendo como el principal importador de petróleo y gas ruso.
A pesar de las presiones internacionales, China ha continuado importando crudo ruso por encima de los límites impuestos por las sanciones, fortaleciendo aún más los lazos energéticos entre ambos países.
El futuro de la alianza sino-rusa sigue siendo incierto, pero su creciente colaboración económica y estratégica sugiere que esta asociación estratégica continuará desempeñando un papel crucial en la geopolítica mundial en los años venideros.