Santo Domingo, Rep. Dom.– Con hondo pesar, la comunidad dominicana despide a Horacio Lamadrid, uno de los grandes arquitectos del panorama televisivo local, quien falleció este miércoles a las 7:30 AM en la Plaza de la Salud, acompañado de su familia y de un equipo médico que le brindó cuidados hasta sus últimos instantes. Lamadrid tenía 85 años.
Nacido en Buenos Aires, Argentina, en 1939, Lamadrid llegó a República Dominicana en la década de los años 70, trayendo consigo una profunda pasión por las artes, en particular por el tango, junto a su esposa Anita Ontiveros, con quien compartió no solo la vida, sino también el amor por la música y el espectáculo. La República Dominicana lo acogió como a uno de los suyos, y él, a su vez, adoptó la isla como su hogar, dejando una huella indeleble en la televisión local.
Lamadrid será recordado como un pionero y visionario que revolucionó la industria audiovisual dominicana. Fue responsable de introducir la primera unidad móvil a color en el país, un avance tecnológico crucial que permitió la transmisión de eventos históricos que quedaron grabados en la memoria colectiva, como la visita del Papa Juan Pablo II a Santo Domingo y el certamen de Miss Universo de 1977, donde el país se proyectó a nivel internacional.
Su compromiso con la innovación no se limitó solo a la tecnología, sino también a los formatos televisivos. Su programa “Domingo de mi ciudad”, de larga duración, marcó un antes y un después en la televisión dominicana por su estilo fresco, dinámico y por abordar temas de interés nacional de una manera nunca antes vista.
El impacto de su trabajo fue tan grande que transformó para siempre la manera en que se producían y consumían los contenidos televisivos en la República Dominicana, y su legado perdura en los estándares que hoy guían la televisión local.
Pero más allá de sus logros profesionales, Horacio Lamadrid será recordado por su carácter cálido y cercano. Era un hombre entregado a su familia y un apasionado por su trabajo. Sus hijos, Samantha, Horacito, Gabriela, Nicolás y Jorge Madrid, quienes hoy agradecen el cariño y apoyo recibido, lo describen como un padre amoroso y dedicado, que siempre les inculcó el valor del esfuerzo y la creatividad.
El país ha perdido a una de sus grandes figuras del mundo del espectáculo, pero el legado de Horacio Lamadrid vivirá por siempre en los corazones de aquellos que lo conocieron, en la memoria de quienes disfrutaron de sus producciones y en cada rincón de la televisión dominicana que él ayudó a construir.
Los detalles sobre los actos fúnebres serán anunciados próximamente, mientras sus familiares y amigos se preparan para despedir a un hombre que, con su visión y talento, moldeó una parte esencial de la identidad cultural de la República Dominicana.