LA AMISTAD EXISTE Y HAY QUE CULTIVARLA.

Neguémonos a ver la amistad de ese modo utilitarista, deshumanizante y anticristiano. Porque la amistad está por encima de aquellas cosas por las que pudiera perder a un amigo.

VIDA, IGLESIA Y SOCIEDAD

Por: José Ramón Rodríguez

Esta historia ocurre en el marco de mi participación en un evento que los organizadores le llaman de crecimiento espiritual o desarrollo humano. La verdad es que el ambiente inicialmente no era muy agradable para mí.

La franqueza con que se estaban tratando ciertos temas y como se estaban tratando las debilidades de personas me parecían insultos, maltratos y por demás innecesarios. Estaba siendo intolerante la mitad del primer tiempo del evento. Lo cual no es nuevo ni raro en los pastores

Pero no pude seguir guardando la compostura cuando uno de los facilitadores presento el siguiente argumento: La amistad en estos tiempos es y tiene que ser como una pieza de vestir, te puede gustar mucho, puede ser muy cara, te queda bien, pero no la podrás usar todos los días, y lo que es mejor (decía él) esa pieza no te durara para toda la vida. Inmediatamente paso a dar la oportunidad para que todos los que estábamos presentes pudiéramos identificar una lista de amigos que superara los 40 años para los que tuvieran 50 o más.

En el grupo aparecimos 8 personas con 50 o más, de los 25 que componíamos el grupo. Siguió con el desafío y muy pocas listas fueron de más 10 personas. Pero cambio el desafío y dijo: ahora hagan una lista de todas las personas que un día fueron buenos amigos cercanos y que hoy no están conectados y que a ustedes no les importa lo que le pasa, no se visitan y a veces se ven y no se saludan. La lista de los 25 fueron largas todas.

¿Qué significa esto? Se preguntaba el facilitador con una amplia sonrisa casi burlona frente a dos o tres que mostrábamos desacuerdo con su tesis. Mi cara de poco amigo no le hizo cambiar de actitud, y de pronto una avalancha de seguidores se unió a su posición y como me está pasando en los últimos tiempos, me quede entre la minoría.

Esto es la señal de que la amistad es pasajera y todo aquel que tiene más de 5 amigos está expuesto al sufrimiento por el desengaño, por la falta de lealtad, por la traición y por cualquier otra causa propia del género humano. Sencillamente me pare y dije que me niego a ver la amistad de tal forma.

Le dije que mi padrino de boda es mi amigo desde la preadolescencia. Tengo amigos desde la primaria, la secundaria e inicio de la universidad, tengo amigos desde el 1976 que llegue a la iglesia y tengo amigos en el movimiento estudiantil desde el 1980 y mi lista fue más de 20 que sobrepasan los 30 años de amistad.

Me niego a ver la amistad como simple uso para mí bien de persona. Me niego a que la amistad pueda esfumarse como agua entre los dedos. Soy de los que según este facilitador va a sufrir mucho, lo sé y lo admito y quizás en los últimos meses así ha sido.

Me niego a perder a personas a las que les he dicho que le quiero. No puedo aceptar el silencio, el despido, la espalda a los amigos por cualquier razón. Creo que la amistad nos da permiso para la disidencia. Nos permite estar en desacuerdo, es más hasta enojarnos nos permite.

Pero si de verdad somos o hemos sido amigos la separación no es una opción. Podemos pelearnos, pero la reconcilian es el camino. No creo en los amigos que se declaran enemigos. No creo en la enemistad de aquellos que son amigos.

Salí de este evento mirando mi pasado reciente y por momento me parece que este hombre sabio en su propia opinión tiene razón. Estoy en la lista de enemigos público de algunos que fueron mis amigos y compañeros de ministerios, pero luego miro mi larga lista de amigos y decido compartir esta pequeña historia sencillamente para decirles: neguémonos a ver la amistad de ese modo utilitarista, deshumanizante y anticristiano. Porque la amistad está por encima de aquellas cosas por las que pudiera perder a un amigo. Porque como dice la Biblia: hay amigos que son más que hermanos.

LA AMISTAD EXISTE Y HAY QUE CULTIVARLA.