La oración y la meditación son prácticas ancestrales que muchas personas alrededor del mundo utilizan para conectarse con su espiritualidad, encontrar paz y mejorar su bienestar mental. C.S. Lewis, célebre escritor británico conocido por crear el universo literario de Narnia, expresó una vez: “Oro porque no puedo evitarlo, oro porque estoy desconsolado, oro porque la necesidad de hacerlo fluye de mí todo el tiempo, despierto o dormido. Orar no cambia a Dios.
Me cambia a mí”. Esta cita ilustra perfectamente lo que significa la oración para muchos: un acto transformador que influye más en quien ora que en el objeto de sus plegarias.
Hilary, una oyente del programa de ciencia de la BBC, Crowdscience, comparte esta visión. Cuando reza, ya sea sentada sobre un tronco o caminando, siente una conexión profunda con Dios.
Describe la oración como una experiencia variada: puede ser un momento de calma y sin palabras o una actividad en grupo en la iglesia. Sin embargo, Hilary se ha preguntado recientemente: “¿Cómo afecta la oración al cerebro y al bienestar mental?”.
El equipo de Crowdscience decidió investigar esta cuestión consultando a expertos en neurociencia y psicología para entender mejor lo que sucede en el cerebro de las personas cuando rezan.
Su objetivo es discernir si los efectos de la oración están necesariamente ligados a la religiosidad o si podrían observarse también en aquellos que meditan o llevan una vida creativa.
Impacto de la Oración y la Meditación en el Cerebro
Los estudios han mostrado que tanto la oración como la meditación pueden tener efectos positivos en el cerebro y en el bienestar mental. Las prácticas regulares de meditación y oración pueden llevar a cambios en la estructura y la función del cerebro, similares a los observados en personas que practican la atención plena o mindfulness.
Durante la oración o la meditación, ciertas áreas del cerebro se activan, incluyendo las regiones asociadas con la atención, la emoción y la autoconsciencia. Esto puede llevar a una reducción del estrés, una mayor sensación de calma y una mejor regulación emocional. Además, se ha observado que estas prácticas pueden aumentar la liberación de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, que están asociados con el bienestar y la felicidad.
Más Allá de la Religión
Lo interesante es que los efectos beneficiosos de estas prácticas no están restringidos solo a las personas religiosas. Aquellos que meditan o llevan una vida creativa también pueden experimentar beneficios similares. La meditación, por ejemplo, ha sido ampliamente estudiada por su capacidad para mejorar la concentración, reducir la ansiedad y fomentar una mayor conexión con uno mismo y con los demás.
Ya sea a través de la oración, la meditación o la creatividad, estas prácticas pueden proporcionar una vía poderosa para mejorar el bienestar mental y fomentar una sensación de paz y conexión, tanto interna como externamente.