República Dominicana – La educación pública en la República Dominicana sigue enfrentando serios desafíos estructurales a pesar del aumento continuo en el presupuesto asignado desde 2013. Desde la implementación de la Ley 66-97, que estableció el 4% del Producto Interno Bruto (PIB) para la educación, el país ha invertido casi dos billones de pesos en el sector educativo. Sin embargo, los problemas persistentes como la falta de cupos, deserción escolar, malas condiciones de infraestructura y baja calidad en enseñanza continúan siendo una preocupación.
En 2013, la República Dominicana dio un paso importante con la Ley 66-97, que buscaba destinar el 4% del PIB al presupuesto educativo. A lo largo de los años, el gobierno ha incrementado el presupuesto para educación con la esperanza de mejorar la infraestructura escolar y el rendimiento académico. En 2020, el presupuesto para educación alcanzó el 4.51% del PIB debido a los efectos de la pandemia, pero este aumento fue una excepción y no se ha mantenido consistentemente en el nivel prometido.
Desde 2021, el presupuesto ejecutado ha fluctuado entre el 3.51% y el 3.71% del PIB. A pesar de estos aumentos, los resultados han sido desalentadores. En el primer semestre de 2024, la ejecución presupuestaria fue de solo 1.73%, reflejando una ejecución ineficiente y una falta de avance en los indicadores clave.
Uno de los problemas más notorios es el déficit de aulas. Entre 2021 y 2023, solo se construyeron 1,787 aulas, mientras que el déficit supera las 7,000. En 2024, se ha presupuestado la construcción de aproximadamente 1,800 aulas, pero el atraso sigue siendo significativo. Además, el estado de las infraestructuras existentes es preocupante: solo el 32% de las butacas y el 60% de los escritorios están en buen estado, y el 55% de las computadoras no funcionan correctamente.
La pandemia de COVID-19 exacerbó las debilidades del sistema educativo. El cierre de escuelas dejó a miles de estudiantes sin acceso a educación, y el esfuerzo por adaptar la enseñanza a formatos digitales reveló la falta de preparación del sistema. Según la Acción Empresarial por la Educación (Educa), el cierre de escuelas amplificó las desigualdades preexistentes, afectando desproporcionadamente a los estudiantes de contextos vulnerables.
Las tasas de deserción y reprobación aumentaron drásticamente durante la pandemia. En el año escolar 2020-2021, el porcentaje de niños de 6 a 8 años fuera de la escuela subió al 10.41%, mientras que la tasa de reprobación en primaria alcanzó el 6% en 2021-2022. Aunque estas cifras han mostrado cierta mejora, la calidad de la educación sigue estando por debajo de la media en América Latina y el Caribe.
Con más de dos millones de estudiantes matriculados en el sistema educativo público y 7,839 centros educativos a nivel nacional, el sistema educativo enfrenta una demanda que supera su capacidad actual. Para enfrentar estos desafíos, el Ministerio de Educación ha realizado acuerdos con 119 colegios privados para garantizar la continuidad del proceso educativo de los estudiantes sin cupo en las escuelas públicas.
El camino hacia una educación de calidad en la República Dominicana sigue siendo arduo. Aunque el aumento presupuestario es un paso positivo, se requiere una gestión efectiva de los recursos, una planificación estratégica y un enfoque integral en la mejora de la calidad educativa para cumplir con la promesa de una educación de calidad para todos los estudiantes.