AP
LONDRES.- La inflación en los 19 países que utilizan el euro alcanzó en mayo un récord del 8,1%, en medio de un aumento de los precios de la comida y la energía impulsado en parte por la guerra en Ucrania, según dijeron las autoridades el martes.
Los últimos datos de la agencia estadística de la Unión Europea Eurostat, publicados el martes, mostraban que la inflación anual en mayo sobrepasó el récord anterior del 7,4% alcanzado en los dos meses anteriores.
La inflación en la región está ahora en su nivel más alto desde que comenzaron los registros del euro en 1997. El auge de los precios está lastrando las finanzas de los hogares y hace más urgente que las autoridades actúen con rapidez para evitar más aumentos del coste de la vida.
Los precios de la energía subieron un 39,2%, lo que subraya cómo la guerra y la crisis energética global que la acompaña hacen la vida más cara para los 343 millones de personas de la eurozona.
“Es probable que la inflación energética se mantenga alta durante más tiempo de lo previsto” después de que la Unión Europea aceptara embargar la mayoría de las importaciones de crudo ruso para final de año, dijo Andrew Kenningham, economista jefe de Europa en Capital Economics.
El barril de crudo Brent, el estándar internacional, subió a 120 dólares el barril tras el acuerdo. Los precios de petróleo y gas natural ya habían subido debido a los temores de que la guerra interrumpan los suministros desde Rusia, el mayor exportador de crudo del mundo.
La fuerte demanda global tras la pandemia de COVID-19 y una estrategia prudente a a hora de aumentar la producción por parte del cártel de productores OPEP han aumentado los precios de la energía.
Los precios de la comida también subieron un 7,5%, otro indicio de cómo la guerra impulsa los precios en todo el mundo porque Rusia y Ucrania son importantes proveedores de comida.
Los precios de productos como ropa, electrodomésticos, autos, computadoras y libros subieron un 4,2% y el coste de los servicios subió un 3,5%, según Eurostat. La inflación es también un problema en otras economías avanzadas, como Gran Bretaña y Estados Unidos, donde está en los niveles más