Redacción.- La actriz Whoopi Goldberg ha hablado en sus memorias de la complicada relación que tuvo tanto con la bebida como con las drogas.
En una obra llamada ‘Bits and Pieces: My Mother, My Brother, and Me’ (Fragmentos: mi madre, mi hermano y yo), que ha salido a la venta este miércoles, 7 de mayo, la actriz ha contado lo habitual que era que las personalidades del mundo del cine consumieran sustancias prohibidas.
“Me invitaban a fiestas en las que me recibían con un bol lleno de metacualona. Podía elegir lo que quisiera. Había hileras de cocaína sobre las mesas y en las encimeras de los baños, a la vista de cualquiera”, recuerda sobre el ambiente que se respiraba en el Hollywood de la época. “Todo el mundo participaba”, agrega.
En el entorno del cine estadounidense de los 80, la práctica era habitual. “No parecía peligrosa, durante un año todo fue bien”, asegura. Sus adicciones no le afectaban a nivel laboral, pues seguía siendo capaz de llegar a los rodajes a su hora y de hacer el trabajo que se esperaba de ella. Sin embargo, de repente, “la cocaína empezó a ganarle”.
Los primeros efectos secundarios se manifestaron con alucinaciones. “Veía una criatura monstruosa acercando mi cama y, si me levantaba, me iba a atacar. Pasé un día entero sin moverme de ahí”, narra.
El momento crítico en el que decidió que tenía que cambiar la situación fue cuando se metió en un armario para consumir cocaína y fue sorprendida por una trabajadora del hotel. Su cara, cuando se miró al espejo, estaba llena de polvos blancos. “Para desintoxicarme tenía que cambiar de amigos y rechazar invitaciones, pero pude hacerlo porque no quería morir”, cuenta.
La cocaína no fue la única adicción que Goldberg tuvo durante su vida. Antes de caer en sus garras fue también consumidora activa de alcohol y marihuana. De la segunda empezó a limpiarse durante los años 70, mientras que la primera la abandonó después de llegar a un punto en el que “trabajaba para poder pagarme la bebida”.
AS