Por: José Bautista
La matanza ejecutada contra envejecientes en Warf Jérémie, en la conflictiva zona de Cité Soleil, en el área metropolitana de Puerto Príncipe, capital de la República de Haití constituye una evidencia más de que las bandas criminales haitianas andan sin control por las calles haciendo lo que les parezca, sin que ninguna autoridad los detengan.
La cruel matanza de 180 mil envejecientes realizada fríamente, por una banda armada que lidera Micanor Altes, mejor conocido como “Wa Mikano” o el “Rey Mikano”, ha sido un hecho que impactó asombrosamente la comunidad internacional.
Esa horrible acción, de acuerdo al gobierno haitiano habría sido llevada a cabo, por el líder pandillero Micanor Altes, debido a que los habitantes de la referida zona practicaron brujería, porque según sus apreciaciones generó una grave enfermedad a su hijo.
Aunque parece inverosímil qué en estos tiempos de Inteligencia Artificial, una persona pensante crea que una brujería enfermó a un hijo suyo, pues hasta donde entendemos las dolencias que afectan a los humanos se generan por diferentes causas.
Micanor Altes lo que es un pandillero criminal atroz, que no tiene el más mínimo sentimiento humano, pues ametrallar 180 mil personas envejecientes de escasos recursos económicos a sangre fría, no tiene parangón.
Esa bestia salvaje indomable que quiere imponer su ley, lo que hay que hacer con él, es atraparlo y someterlo a la obediencia a las buenas o a las malas, y luego juzgarlo para ser llevado a una cárcel de alta seguridad a uno de los países que respaldan el pueblo haitiano.
Altes no pagará nunca el genocidio humano que cometió en contra de tantos envejecientes que nada tenían que ver con la enfermedad de su hijo, ya que las personas se enferman por infecciones, virus, bacterias, contaminación y otras causas.
Entiendo que este horrible hecho criminal y sangriento deja bien claro el poder que tienen las bandas criminales sobre una empobrecida nación sumida en una ingobernabilidad y una rampante inseguridad que no permite que los habitantes desarrollen una vida normal.
El gobierno haitiano sí es que existe como tal debe auxiliarse de países como Los Estados Unidos de América, Francia, Canadá, Francia, Japón, China, Alemania, Corea del Norte y Corea del Sur para que envían sus fuerzas especiales armadas para que intervengan masivamente el territorio del país más pobre del universo para que un futuro haya orden y respeto de los derechos y deberes de la gente.
Da pena observar como las bandas criminales de Haití socavan la paz y la libertad de tantos habitantes que sólo quieren vivir en un Estado democrático que garantice sus derechos.