Los Celtics se colocan a una victoria de conquistar su primer título de la NBA desde 2008

Irving no dejó de proponer, Lively ganó balones de todos lados. Y los Celtics recurrieron a apretar con fuerza sus dientes y sacar donde no lo había.

Dallas.- Los Boston Celtics sacaron la chapa de campeón en Dallas. Ese término que define al equipo construido para ganar, que vive una situación límite y sabe sobrevivir. Pasó en el tercer partido de la final de la NBA y los 'Orgullosos Verdes' (99-106) dieron un paso de gigante al firmar el 3-0 ante los Mavericks en un día loco. 

Con parciales salvajes, remontadas y dos momentos definitivos: la expulsión por faltas de Luka Doncic y la irrupción de un Jaylen Brown brutal para dejar la final en el abismo para el genio criado en el Real Madrid.

Luka jugó bien. Se fue a los 27 puntos, 5 rebotes y 6 asistencias. Pero terminó desesperado, con cuatro faltas en ocho minutos del último cuarto. Kyrie Irving por fin apareció (35 puntos). Pero Boston, eterno competidor por cuestiones de ADN, hizo valer a sus 'Jays'. Brown, hasta los 30. Tatum, en 31. Y, al menos, cinco rebotes y cinco asistencias por cabeza. Nadie en la historia de los Celtics lo había conseguido.

El resultado al descanso (51-50, 24′) explicó totalmente que era una final anticipada. El 3-0 es mortal, el 2-1 es ilusión. Hubo amenazas en ese primer tiempo de romper todo rápido. Porque Dallas salió lanzado y un parcial de 22-9 en el minuto siete era pura esperanza. Doncic e Irving mandaban ante unos Celtics atascados.

Pero los Celtics no renuncian a su estilo. Sería una locura a estas alturas de la película. Mantuvieron los lanzamientos y los triples, por fin, entraron. Brown, un Tatum mejor que en toda la final y Sam Hauser emparejaron todo (31-30, 12′), y también encontraron el freno a los mejores momentos de un Kyrie Irving desatado en el segundo cuarto.

El base nacido en Australia llegó a encadenar cuatro triples. Otro que jamás renuncia, pero Boston contó con Tatum entonado (20 al descanso), Holiday en todos lados y un enorme Hauser. Solo un tiro libre, tras enorme pelea bajo el aro, de PJ Washington colocó en el mando testimonial a los Mavs.

Pero si haces una buena primera parte y Boston está ahí no son buenas noticias. Porque aunque Doncic siguió en su partidazo e Irving apoyó, ahí se acabó la propuesta de Dallas. Los demás desaparecieron. Y Boston, uno de los mejores ataques de todos los tiempos en la NBA, activó la picadora de carne de todo el curso.

Primero fue interior, buscando combinaciones y pintura. Y aceleraron con triple de Holiday y la aparición de Jaylen Brown. Si la primera parte era del otro 'Jay', Tatum, la segunda fue de Brown. Anotó 15 puntos en el tercer cuarto y propulsó a los Celtics a una de las maravillas del curso.

Porque aunque Doncic tiró de fundamentos para dejar a Dallas en el partido (65-71, 32′), los Celtics pisaron fuerte. Sus secundarios, porque Hauser limó balones y Tillmann apareció. Y Brown en modo estelar. Crossover, mate de concurso y un acelerón que rompía a Dallas.

De hecho, en el último cuarto se presentaron con triples de Brown y White, era el golpe en la mesa. Pero Dallas, que sabía que iba a ser su última oportunidad, se agarró. PJ Washington emergió como el secundario para todo, Irving ejecutó y de golpe y porrazo un parcial de 15-2 dejaba todo, otra vez, parejo (90-93, 42′).

Con Dallas así todo invitaba a pensar que llegaría el momento de las estrellas. Pero nada más lejos de la realidad. Doncic, en una defensa a Brown, cometió una pantalla ilegal y todo se caía. Sexta falta, expulsado. Era la dinamita al tercero, aunque los Mavericks siguieron luchando.

Irving no dejó de proponer, Lively ganó balones de todos lados. Y los Celtics recurrieron a apretar con fuerza sus dientes y sacar donde no lo había. Un mate de Tatum, un triple de Derrick White y dentro del último minuto la fiesta total. Jaylen Brown, como en el segundo partido, recibió en cabecera. Se levantó y su media distancia mató.

Los Mavs no volverían a levantar cabeza. Irving, forzado, intentó un triple que recordaba a 2016. Pero se quedó. Boston ya no soltaría su renta desde la personal. El 3-0. El abismo para los Mavericks está aproximo y Boston vuelve a sonreír. Tienen el anillo en la mano.

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