Venezuela – Melina Lozada, una joven venezolana, tomó la valiente decisión de migrar a España hace diez meses. En su país natal, no se sentía libre para vivir abiertamente su orientación sexual. “Vengo del país de las misses, donde mostrar tu feminidad es esencial, pero expresar tu sexualidad puede ser peligroso”, comentó Lozada a la agencia EFE.
En su búsqueda de un entorno donde pudiera ser auténtica, Lozada planificó meticulosamente su migración, a diferencia de muchas personas que huyen apresuradamente de la persecución. “Ser homosexual no define toda mi vida, pero es una parte fundamental de quién soy”, explicó Lozada, quien ahora se siente acogida en España gracias a la asociación Arcópoli, que ofrece cursos y apoyo a migrantes LGBTQI+.
Arcópoli, una organización que asiste a migrantes en España, ha sido crucial para Lozada y otros como Andréi, un ruso que huyó de la persecución en su país hace dos años. “En Rusia, ser parte del colectivo LGBTIQ+ es vivir con miedo constante. La sociedad y las leyes son extremadamente homófobas”, explicó Andréi, que también ha encontrado en Arcópoli un apoyo invaluable para aprender español y recibir ayuda psicológica.
Jorge Cobo Lorenzo, trabajador social de Arcópoli, señaló que la organización ha implementado el programa “Migrando con Orgullo” para apoyar a migrantes LGBTQI+ en la Comunidad de Madrid. Este servicio ayuda a quienes han sufrido violencia y discriminación en sus países de origen a integrarse en España, enfrentando las complejidades de la migración y la búsqueda de empleo.