LOS ÁNGELES.- El shortstop de Los Ángeles Dodgers, Mookie Betts, sigue lidiando con una enfermedad y su regreso al diamante es incierto.
Betts, quien se perdió los dos primeros juegos de la temporada regular de los Dodgers en el Tokyo Dome la semana pasada y fue enviado de regreso a Los Ángeles para continuar su recuperación, salió de último momento del juego de exhibición del domingo contra Los Angeles Angels.
Betts declaró a la prensa que no ha podido ingerir alimentos sólidos sin vomitar durante dos semanas y que ha perdido unos siete kilos durante ese tiempo.
"Me siento genial", declaró Betts a la prensa en Los Ángeles. "Mi cuerpo se siente genial. He podido hacer ejercicio. He podido hacer casi todo, menos comer, lo cual es extraño. Así que los síntomas han desaparecido, sólo tengo que encontrar la manera de que mi estómago se tranquilice".
El veterano All-Star dijo que hasta el momento, todos sus análisis de sangre y otras pruebas de rutina han resultado normales. Betts no participó en el juego de exhibición del lunes en el Angel Stadium, y es improbable que participe en el partido inaugural de los Dodgers en suelo estadounidense, el jueves, contra los Detroit Tigers.
"Es difícil imaginar no comer e ir a jugar", dijo Betts. "Así que parece que voy a estar ligero un rato. Quizás juegue un poco más duro al principio de la temporada. Sólo quiero jugar. Estoy cansado de estar sentado, cansado de vomitar, cansado de hacer todo esto. De verdad que sólo quiero jugar".
Betts está haciendo la transición completa al shortstop después de jugar la mayor parte de su carrera en el jardín derecho y la segunda base. El Jugador Más Valioso de la Liga Americana en 2018 bateó .289, con 19 jonrones y 75 carreras impulsadas la temporada pasada, ayudando a los Dodgers a ganar la Serie Mundial.
AP/ESPN