Neutralidad Vs. Intervención: ¿Ha cometido la RD un error histórico?

La historia nos ha demostrado que la paz y la democracia no se imponen desde fuera; se construyen desde dentro, con el protagonismo de los propios pueblos.

  • Angely Moreno
    Angely Moreno
  • martes 14 enero, 2025 - 2:03 PM
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  • TVN24
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Por: Angely Moreno

Hoy nos enfrentamos a un momento crucial para la política exterior de la República Dominicana. La decisión de apoyar abiertamente a una de las partes en el conflicto político interno de Venezuela, plantea un desafío no solo para nuestra política exterior, sino también para los principios fundamentales de soberanía y no intervención que deben regir nuestras relaciones internacionales.

Como nación, y extendiéndole un ramo de olivo a los venezolanos, debemos recordar que nuestra fortaleza reside en mantener una posición de neutralidad activa, promoviendo el diálogo y el respeto por las instituciones democráticas, sin tomar partido en conflictos que pertenecen a los ciudadanos de otros países.

La democracia es el pilar esencial de cualquier sociedad libre y justa, y como hermanos de la República Bolivariana de Venezuela, deseamos profundamente que sus ciudadanos puedan resolver sus diferencias a través de procesos transparentes, inclusivos y pacíficos.

Sin embargo, nuestra injerencia directa, la cual creo que ha sido con la mejor de las intenciones, podría debilitar los esfuerzos internos e internacionales por encontrar una solución sostenible a la crisis. Más aún, podríamos comprometer nuestra credibilidad como país mediador y defensor del derecho internacional, perdiendo la capacidad de ser un puente en lugar de obstáculo a la hora del diálogo.

La historia nos ha demostrado que la paz y la democracia no se imponen desde fuera; se construyen desde dentro, con el protagonismo de los propios pueblos. Es por eso que hago un llamado a reflexionar sobre la importancia de mantenernos neutrales, pero comprometidos con los valores democráticos y los derechos humanos.

Nuestra voz debe ser un eco de unidad, no de división, un llamado al entendimiento, no a la polarización. Solo así, la República Dominicana podrá contribuir de manera constructiva al fortalecimiento de la democracia en Venezuela y al bienestar de nuestra región.