El origen de toda organización política está ligado a la visón de una parte de la sociedad que coincide en una ideología o forma de como se debe manejar el estado, por ende en objetivo es la consecución del poder para manejar la cosa pública.
Sin embargo, en República Dominicana desde inicio de la década del 2000 se está dando el extraño fenómeno de que los partidos no sobreviven a su ascenso al poder como si su vocación fuese hacer oposición.
En el año 1996 el Partido Reformista entrega el poder y de inmediato comenzó su agonía expresa en la dependencia de la figura del Dr. Joaquín Balaguer, tanto fue su supeditación que en el año 2000 tuvieron que presentar de candidato a un hombre de 94 años como candidato presidencial, El 26.4 % de ese momento se debió más al liderazgo del Dr. Balaguer que a la fortaleza partidaria.
De ahí y en lo adelante los del "Gallo Colorao" sufrieron un deterioro tan progresivo que para el 2004 su porcentaje fue de 11 puntos y en el 2008 de 5 puntos porcentuales, siendo esta la última vez que llevaron candidato propio.
Otro caso digno de estudio es el del PRD, partido que sobrevivió dictadura, divisiones y la muerte de su líder pero no resistió su paso por el poder en el cuatrienio 2000-20004.
El intento fallido de reelección por el expresidente Hipólito Mejía dio paso a una crisis que término haciendo metástasis 13 años después, su colapso evoluciono de perder el control del congreso y los ayuntamientos en 2006, una crisis insalvable en 2015, hasta terminar con un nefasto 0.46% que marca su extinción.
El caso más reciente es el del PLD, los morados al regresar al poder en 2004 comenzaron de inmediato una división que a los 3 años dió al traste con la salida de Danilo Medina del gobierno y termino con la salida de Leonel del Partido.
Desde la lapidaria frase de Medina cuando dijo "Me Venció el estado" hasta la más recientes llamando ratas a algunos de sus compañeros, describen el calvario que dejo al Partido de Bosch en un 10% y donde se habla de la salida de su último candidato presidencial.
Cada vez que un partido pierde el poder se somete a un análisis que siempre termina en la misma frase: "Perdimos por la desconexión con el partido y la sociedad"
El PRM que está en el "Prime" de su historia política debe verse en el espejo que refleja como se destruyen los partidos que se obnubilan tras su paso por el poder.
Los funcionarios que se creen semi dioses, aquellos que NO respetan la dirigencia, que no responden un teléfono o no responden un mensaje, deben mirar como esos tres imperios electorales terminaron al borde de la desaparición tras su desconexión con el espíritu que les dio origen.
¡Perremeistas, recuerden que aquel que no conoce o ha olvidado su historia, está condenado a repetirla!.