Najayo, San Cristóbal, R.D.- La presidenta de la Fundación Mujeres por la Educación, Peggy Cabral, anunció el relanzamiento de un programa universitario destinado a personas privadas de libertad, con el objetivo de ofrecerles una nueva oportunidad de reintegración social a través de la educación superior.
El programa, que se ha expandido a varios centros de corrección del país, busca dotar a los internos de herramientas académicas que faciliten su desarrollo personal y profesional, promoviendo su retorno productivo a la sociedad dominicana.
Durante el acto, que contó con la participación de diversas autoridades, entre ellas Roberto Hernández, director de Prisiones, la gobernadora de San Cristóbal, Pura Casilla, el vicerrector de extensiones de UTE, Marino Gonzales, Crisálida Diaz administradora de la Fundación Mujeres por la Educación. Cabral resaltó el papel de la educación como un medio esencial para la transformación social. “La educación no es solo un derecho fundamental, sino la llave que abre la puerta a la reinserción social y a la construcción de un futuro mejor”, afirmó.
Un compromiso de largo alcance
El programa universitario, que se inició en el año 2000 gracias a una iniciativa de la Fundación Mujeres por la Educación, cuenta con la colaboración de la Universidad de la Tercera Edad y la Procuraduría General de la República. Este relanzamiento incluye a 93 nuevos internos que iniciarán sus estudios en carreras como Administración de Empresas y Mercadotecnia. El impacto de esta iniciativa ha sido notable, incrementando la matrícula de internos universitarios de 499 a 592, distribuidos en 22 centros de corrección del país.
En su discurso, Cabral destacó la importancia de tender puentes entre el conocimiento y la reintegración social. “Queremos demostrar que las personas privadas de libertad tienen el potencial de transformar sus vidas, y la educación es la herramienta para lograrlo”, señaló. También agradeció a la Procuraduría General y a la Universidad de la Tercera Edad por su apoyo continuo en la realización del programa.
Impacto en las familias y comunidades
Este esfuerzo no solo se orienta a mejorar las oportunidades laborales de los internos, sino que también tiene un impacto directo en sus familias. “Sabemos que este camino no es fácil, pero cada esfuerzo vale la pena. Las oportunidades que estamos creando cambiarán la vida de las participantes y de sus seres queridos”, subrayó Cabral.
Por su parte, el director general de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales (DGSPC), coronel Roberto Hernández Basilio, señaló que cada año más internos se integran a los estudios de nivel superior, logrando cambios positivos en sus vidas y en el sistema penitenciario. Afirmó que el programa ha sido fundamental para que más de 500 internos se gradúen en carreras como Derecho, Psicología y Educación.
Una realidad palpable
Hernández Basilio destacó que lo que antes era una “quimera”, hoy es una realidad tangible, con más de mil internos beneficiados por el programa. “Hablar de educación superior dentro de un centro penitenciario era impensable, pero hoy podemos verificar su impacto con estadísticas claras”, afirmó. Además, resaltó que el programa ofrece beneficios como la exoneración del 50% de la matrícula para los internos, mientras que la Fundación Mujeres por la Educación cubre el restante.
Un programa con visión de futuro
Con más de 20 años de trayectoria, el programa universitario sigue creciendo y transformando vidas. En 22 centros de corrección del país, los internos tienen la oportunidad de cursar carreras universitarias que les permitirán reinsertarse en la sociedad de manera productiva. “Nuestro objetivo es que los participantes de este programa sigan adelante y no vuelvan al sistema penitenciario”, concluyó Peggy Cabral.
El relanzamiento del programa marca un hito en la educación penitenciaria en la República Dominicana, reafirmando el compromiso del gobierno y las instituciones con la rehabilitación y el desarrollo integral de las personas privadas de libertad.