Todos hemos escuchado la frase que dice: echando pa' Lante, refiriéndose a los aprestos, esfuerzos y afanes diarios que entendemos nos llevarán a mejorar nuestra calidad de vida especialmente en lo que la mayoría define como bienestar; el tener o acumular dinero.
Esta si no es la única motivación debe ser la primera de todas y siendo justos no podemos decir que esta percepción sea enteramente errada aunque tampoco podemos afirmar que es completamente correcta.
El dinero como medio legal de intercambio de bienes es el aliado idóneo para lograr nuestras pretensiones y logros de vida más nobles; una vivienda para nuestra familia, un vehículo para nuestra cotidianidad, pagar los compromisos fijos del hogar, la matrícula de nuestros hijos, medicamentos, vacaciones, un retiro digno, etc.
Si bien es cierto que los esfuerzos individuales son neurálgicos para alcanzar nuestras metas, no es menos cierto que estas realidades sólo son posibles si el estado promueve un ambiente económico amigable para sus ciudadanos especialmente los de menor capacidad de adquisición.
La armonía económica nacional, tangible en todos los sectores de la sociedad, desde la clase alta hasta la más baja, solo es posible, entre otros aspectos, si el estado promueve y proporciona: calidad en la administración de los fondos públicos, razonamiento del gasto y calidad en la recaudación. Sólo así podremos lograr explotar la capacidad económica que posee nuestro país, alcanzar el bienestar de la gente y lograr finalmente el desarrollo que como nación hemos buscado alcanzar por décadas.
La República Dominicana siendo un país pobremente administrado y carente de políticas públicas verdaderamente pensadas para lograr el bienestar general, permisivo e incapaz de castigar severamente al servidor público que use el erario para beneficios particulares, estos deseos se vuelven casi una utopía.
Por historia hemos sido saqueados sistemáticamente, muchos de esos saqueadores han asegurado sus vidas y el de su descendencia a costa del dinero del pueblo.
La corrupción nos ha robado nuestros sueños, nos ha impido tener una educación de calidad, nos ha robado el dinero para que la salud pública sirva, el de poder gozar de seguridad ciudadana, el de tener un transporte público eficiente en fin, la corrupción nos han robado el dinero de nosotros, echar pa' lante.