REFLEXIONES DE ACTUALIDAD POLÍTICA INICIANDO EL 2025, DE CARA A LAS ELECCIONES DE MAYO 2028

Por: Julio Antonio Altagracia

El Horizonte, Distrito Nacional RD.- Aunque es muy temprano y por demás difícil para hacer evaluaciones o proyecciones acerca de lo que ocurrirá en nuestro país en los procesos electorales que habrán de celebrarse en mayo del 2028, lo que sí está determinado es que el principal líder político de la nación, personalizado en la figura del presidente Luis Abinader, quién por voluntad propia, no estará en ninguna de las boletas electorales de esos procesos, aunque sí llamado a jugar un papel estelar en lo que pasará ese día, en virtud de que él será la persona decisiva, no sólo en la escogencia de quienes serán los candidatos del PRM, sino en el triunfo electoral de los mismos, dependiendo, naturalmente, de los alcances logrados por su gobierno durante los próximos cuatro años.

Sin embargo, no consideramos ocioso, aprovechar el inicio del año 2025, para que, en esta primera semana, echar un vistazo, de manera somera y sin entrar en definiciones, al panorama político de nuestro país, acorde con el escenario que se observa en estos momentos, así como sus proyecciones, según nuestro particular criterio, sobre posibilidades electorales de cara a mayo 2028, tanto de las candidaturas, como de las organizaciones políticas.

Lo primero es que al iniciar el año 2025, políticamente hablando, nos encontramos con la novedad de la Sentencia de la Corte Constitucional, de nuestro país, referente a las candidaturas independientes, al margen de las agrupaciones políticas reconocidas por la Junta Central Electoral, la cual luce muy bien sustentada y correctamente motivada, en términos jurídicos, así como garantista de Derechos Fundamentales de los dominicanos, pero con serias limitaciones y dificultades para su aplicación, lo cual está ocasionando profundas preocupaciones, que obligaran a todos los partidos políticos a montarse a la misma vez, en el mismo autobús, para juntos, como hermanos, ir en busca de alternativas de salvaguarda del orden partidario, y del Sistema de Partidos Políticos del país. Con este tema habrá mucha tela por donde cortar y volveremos sobre el mismo, en próximas entregas.

Por otro lado, tenemos la realidad de que el PRM, en término de estructura y poder, está colocado en este momento, sin ninguna dudas, como la mayor organización política de la República Dominicana, y que además cuenta con el control y manejo del gobierno nacional, incluyendo el presupuesto de la República, pero con el gran inconveniente de que su principal activo político está impedido de ser candidato presidencial y esto, a su vez está dando lugar al surgimiento de un número considerable de proyectos presidenciales a lo interno de esa organización, algunos de los cuáles con muy buenas perspectivas, pero otros, la mayoría, con el único propósito de sonar, o motivados por sueños eróticos, oportunismo o simple vanidad, en virtud de que en ese partido, muchos tienen la creencia de que sólo bastará con ser candidato presidencial del mismo, para ser presidente electo de la República, lo cual está muy lejos de la realidad.

En concreto, la verdadera realidad, es que para ser candidato presidencial del PRM, con posibilidades de ganar las elecciones del 2028, se requieren dos elementos básicos. Numero uno contar con el padrinazgo y apoyo del principal líder de la organización, que es Luis Abinader, y segundo, depender de los éxitos de la presente gestión de gobierno, por lo que en ese orden no existe nada definido por ahora y esos proyectos a lo interno del partido, motorizado por funcionarios activos de la actual gestión, lucen, ante los ojos del pueblo y la sociedad, como oportunistas, que generan más rechazos que adhesiones, y donde todo indica que el presidente Abinader, se verá forzado a asumir la presidencia de la organización y/o despedir a algunos funcionarios, para poder controlar la situación.

En el otro lateral, el partido La Fuerza del Pueblo, construido por y para el expresidente Leonel Fernández, está tratando, afanosamente, de capitalizar políticamente, su condición importante, de ser la primera organización política de la oposición, sitiar éste alcanzado en el pasado proceso electoral por la división y desplome del Partido de la Liberación Dominicana, pero donde parece que su líder principal y único aspirante presidencial, se considera un predestinado a la Presidencia de la República, pero que al día de hoy es el político dominicano, según encuesta, con la más alta taza de rechazo, entre otras importantes limitaciones y quién además es un líder que no se renueva ni dispone de propuestas serias y objetivas, para la consideración del pueblo, exhibiendo como única estrategia para su crecimiento, el desmantelamiento del PLD y la desnaturalización y descalificación de la obra de gobierno y la conducta del Presidente Luis Abinader. Observándose también, que en el partido La Fuerza del Pueblo, no hay novedad por ahora, y que, a la única posible novedad, no le ha llegado su tiempo y las puertas están cerradas para la candidatura presidencial del 2028.

En ese orden y por otro lado tenemos, que el Partido de la Liberación Dominicana, luce muy disminuido, por el momento, como consecuencia de las divisiones internas y los efectos del rechazo a muchas de las acciones de sus pasados gobiernos, por lo que requiere de una sacudida enérgica que le permita despertar perdones y simpatías de parte de una sociedad que luce herida y dolida con esa organización y a la que se le presenta el inconveniente de que quienes han sido escogidos para restaurarla, son los mismos autores, a quienes se le ve como causantes del desastre, y altamente cuestionados por los errores cometidos.

Sin embargo, debemos admitir y reconocer que, en el PLD, hay mucha gente con buenas proyecciones, capacidad y respeto, que pueden cambiar y hacer crecer a esa organización. Es un partido con su historia y una impronta de más de 20 años dirigiendo la administración pública por lo que tiene toda la oportunidad para renovarse y seguir siendo una de las principales fuerzas políticas para el soporte y mantenimiento de la democracia dominicana. Empero, de cara a las elecciones de mayo 2028, habrá que esperar y ver su comportamiento para mejores definiciones.

En realidad, debemos reconocer y admitir que las elecciones de mayo 2028 vienen con muchasnovedades y no serán iguales a las del 2024. En ellas, todos los funcionarios a elegirse (miles) en todos los niveles y en todo el país, se escogerán el mismo día, en el mismo proceso. Todo indica que las alianzas serán diferentes a las del 2024, ya que, a la luz de le experiencia del pasado proceso, habrá bloques conformados por los partidos llamados emergentes con candidaturas comunes en todos los niveles de elección y habrá mucho más cuidado para la escogencia de los candidatos y habrá mayor distribución en los escogidos para el Congreso Nacional y los ayuntamientos. Además, tendremos la novedad de los candidatos independientes, acorde con la Sentencia del Tribunal Constitucional, algo inédito, que no comprendemos cuál será su aplicación, pero sí que nos llevará a una participación más democrática en el quehacer político-electoral de la República Dominicana.

Es conveniente observar que, en nuestro Sistema de Partidos Políticos, conviven en estos momentos unas 35 agrupaciones con reconocimiento y autoridad, dada por la Junta Central Electoral, para participar en las elecciones del 2028, y entre ellas, hay tres mayoritarias, PRM, FP y PLD, y unas 32 organizaciones políticas de los llamados partidos emergentes. De los 32 emergentes, hay dos que fueron mayoritarios, PRD y PRSC y que ahora han pasado a ser emergentes, y hay tres organizaciones que por su crecimiento sostenido se encaminan a ser mayoritarias, mientras que los otros partidos de los llamados emergentes, han disminuido considerablemente su tamaño, colándose aún más pequeños, casi a punto de desaparecer, con menos de 10,000 votos nacionales, por lo que tendrán que redefinir, con urgencia, su comportamiento, de cara a su futuro inmediato.

Todo lo anterior, impone a todos los partidos del sistema, la obligación de reconsiderar y reinventar sus estrategias políticas de cara a las elecciones de mayo del 2028, en las que las alianzas están llamadas a darse entre los partidos emergentes, para ser determinantes o decisivas. Estas alianzas solo podrán darse con efectividad, sí todos los llamados emergentes o la mayoría de ellos deciden agruparse y gestar unidad, al margen de los mayoritarios, escogiendo para todo un candidato potable a la presidencia y candidaturas comunes en todos los niveles de elección y en todo el país, lo que permitiría seleccionar y postular importantes y atractivas figuras en base encuestas y otros medios, proporcionándose lo más valiosos candidatos no solo para presidente, sino para congresistas, alcaldes y regidores, algo que le permitiría colocarse en capacidad de competir económica y políticamente, con cualquiera de los llamados partidos mayoritarios.

No obstante, falta un buen tiempo para las próximas elecciones y no resulta tarea fácil, más bien imposible, predecir en estos momentos sus reales resultados, pero lo que sí se advierte desde ahora, es que las elecciones de mayo 2028, serán totalmente diferentes a las del 2024, por lo que los lideres y agrupaciones políticas, que no asimilen, oportunamente esta realidad y se dediquen con certeza a cambiar y transformar esquemas, estrategias y el modo de dirigir su accionar serán arrastrados por las circunstancias que imponen estas realidades, sin importar tamaño o fortaleza, ya que todo indica que nuestra sociedad ha crecido en conciencia política, y que el voto razonado se impondrá al voto de arrastre y a la chachara que nos acostumbraron las fuerzas políticas mayoritarias. Prosperidad y éxitos para todos el año 2025.