Naciones Unidas.- Rusia advirtió este miércoles en el Consejo de Seguridad de la ONU que Oriente Próximo se está acercando peligrosamente a una gran guerra, tras el aumento de las tensiones en la región. El embajador ruso ante Naciones Unidas, Vasili Nebenzia, responsabilizó a Israel por la reciente escalada, señalando que el asesinato de Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, ha agudizado el conflicto.
Durante su intervención, Nebenzia lamentó la aparente impotencia del Consejo de Seguridad para intervenir ante esta situación. “La región de Oriente Próximo se está deslizando ante nuestros ojos hacia el abismo de una nueva gran guerra, y el Consejo de Seguridad solo lo está observando con impotencia”, manifestó.
El diplomático ruso condenó las acciones de Israel en el Líbano y exigió la retirada inmediata de sus tropas del territorio libanés. Además, Nebenzia señaló que Israel estaría provocando intencionadamente un conflicto mayor, buscando confrontar directamente a su adversario regional, Irán, con Estados Unidos.
Acusaciones a EE.UU.
Nebenzia sostuvo que Israel actúa con tal descaro debido al respaldo incondicional de Estados Unidos, que ha utilizado su derecho de veto en cinco ocasiones para proteger a su aliado. El embajador ruso enfatizó que este apoyo permite a Israel violar el derecho internacional sin consecuencias.
Según el representante ruso, la situación actual podría escalar a un conflicto de “dimensiones inimaginables”, poniendo en riesgo no solo la estabilidad en Oriente Próximo, sino la seguridad global. Instó a la comunidad internacional a intervenir con urgencia para frenar la violencia y evitar una crisis mayor.
Llamado a un alto el fuego
Rusia instó a un alto el fuego inmediato en la Franja de Gaza y en el Líbano, así como a un intercambio de rehenes y la entrega de ayuda humanitaria. “Estamos convencidos de que evitar este escenario catastrófico es un interés común”, subrayó Nebenzia.
La advertencia de Rusia llega en un momento crítico para la región, en la que las tensiones entre Israel, Hezbolá e Irán han generado temor a un conflicto armado a gran escala. La comunidad internacional, observadora de los últimos eventos, enfrenta ahora el desafío de evitar una nueva guerra que podría tener repercusiones globales.