Tierras Raras sin contratos raros

La parte que llama la atención y hasta con cierta preocupación no es el mineral, nuestro país ha presentado siempre mucho potencial minero, sin embargo la experiencia más recienta con el contrato de Barrick Pueblo Viejo nos deja con muchas dudas.

  • Francisco Paniagua
    Francisco Paniagua
  • lunes 24 febrero, 2025 - 7:29 AM
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  • TVN24
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Por: Francisco Paniagua

Con el anuncio de la exploración y posterior explotación de las denominadas tierras raras en Pedernales, se generan grandes expectativas y optimismo en lo que podría ser el impulso económico que lleve al país a otro nivel.

Los 17 elementos que poseen estas tierras son fundamentales para la fabricación de motores eléctricos, pilas atómica, generadores eólicos, y muchos productos de tecnología y comunicación y eso le da a este yacimiento un potencial enorme.

El Presidente Luis Abinader dijo que los estudios indican un cálculo de cien millones de toneladas del mineral en Pedernales y esto coloca a República Dominicana en competencia con China, Vietnam, Australia, Estados Unidos, Brasil y Rusia y estar ahí nos hace muy atractivo en el ajedrez geopolítico que vive el mundo.

EMIDOM una empresa que nace grande.

Ante el inminente hallazgo, el Presidente emitió el decreto 453-24 que crea la Empresa Minera Dominicana, empresa de capital único estatal que tiene como propósito la gestión de exploración y explotación de los recursos en Pedernales.

La creación de esta empresa y lo expresado por el Secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, nos hace pensar que ya tenemos producto, negocio y cliente lo que hace el tema más interesante.

Los Contratos.

La parte que llama la atención y hasta con cierta preocupación no es el mineral, nuestro país ha presentado siempre mucho potencial minero, sin embargo la experiencia más recienta con el contrato de Barrick Pueblo Viejo nos deja con muchas dudas.

Ese contrato que se refrendó en el gobierno de Leonel Fernández quien paradójicamente exige transparencia en, fue un “atraco” al pueblo dominicano.

La burda repartición del beneficio de la explotación del oro de Cotuí dio hasta para motivar una reforma constitucional y obligo a reformular el contrato años después.

No hay que ser un mago para saber que para validar un contrato tan lesivo a los intereses nacionales hubo que “mojar” muchas manos y que en la segunda edición se mojaron las que habían quedado secas.
 Hoy hay que evitar que esta nueva oportunidad que Dios le da al país sea regalada por coimas para unos cuantos en perjuicio de las mayorías.

Que esta vez lo único raro sean las tierras.