AFP
Después de la invasión rusa a Ucrania, Yuriy Makeyev se quedó sin casa y sin empleo, una combinación de circunstancias que lo dejaron al borde de una crisis nerviosa.
El hombre de 48 años, quien dejó su casa en el este del país, devastado por la guerra, espera volver a la normalidad gracias a un curso especial de rehabilitación psicológica que sigue en una clínica de Kiev.
Al menos 5,000 civiles han muerto y otros tantos han sido heridos desde que el presidente ruso, Vladimir Putin, envió tropas a Ucrania el 24 de febrero, según las últimas cifras de la ONU.
Pero los que sobrevivieron a los devastadores bombardeos a lo largo del país sufren traumas psicológicos.
Los psicólogos dicen que pasar semanas en refugios antibombas, así como perder el empleo y tener que abandonar su casa, pueden provocar un nivel de estrés y frustración difíciles de superar sin ayuda.
"Después del estallido de la guerra, quedé simultáneamente sin vivienda ni empleo", contó Makeyev, quien trabajaba como editor de una revista en Kiev.
Su calvario comenzó en 2014 cuando debió dejar la ciudad de Donetsk, en el este de Ucrania, conquistada por separatistas prorrusos.
"Lo que ocurre en Kiev y alrededores, ya lo vi en Donetsk. No quería vivirlo de nuevo, pero ocurrió", indicó.
Un ataque ruso con misiles contra un edificio residencial de Kiev dejó un muerto en junio.
Luego de que Rusia invadió Ucrania, la revista de Makeyev cerró y quedó desempleado.
El hostal donde vivía también cerró y con las dificultades financieras, no podía arrendar en otro sitio.
"Varios factores provocaron un estrés continuo y necesitaba algo con urgencia para enfrentarlo", señaló Makeyev.
"DEMANDA SOCIAL"
Contó su historia a AFP sentado en un banco en el patio de la clínica de rehabilitación psicológica "Socioterapia".
"Existe una gran cantidad de personas con trastorno de estrés postraumático", señaló Denys Starkov, un psicólogo del centro de crisis, inaugurado en junio.
"Hay demanda social, los psicólogos están sobrecargados con estos clientes, así que surgió esta idea" de la clínica, agregó Starkov.
Ofrece un curso especial de tres semanas enfocado en sesiones grupales para personas que sufren de ansiedad, ataques de pánico o recuerdos dolorosos.
Algunos, como Makeyev, llegan directamente a la clínica, otros llaman a una línea de ayuda y hablan con especialistas, quienes determinan si pueden recibir la terapia.
El tratamiento es gratuito. El curso incluye 15 sesiones temáticas dirigidas a comprender la experiencia del trauma y aprender formas de enfrentarla.
"Si el (síndrome) no se trata a tiempo, toma formas más severas", advirtió Starkov, sentado en un amplio salón con filas de sillas para las sesiones grupales.
El edificio de tres plantas en las afueras de la ciudad sirvió como hospital para adictos al alcohol y las drogas antes de la invasión rusa.
Ahora un equipo de psicólogos realiza sesiones con pacientes varias veces por día, tanto en grupos como individualmente, apuntó Oleg Olishevsky, jefe del programa de terapia.
Precisó que actualmente hay 10 pacientes en el curso, pero el centro piensa aumentarlo a 30.
"En los próximos 10-15 años, esta será la principal área de trabajo porque cada habitante de nuestro país experimenta esta situación traumática", explicó a AFP.
Aún así, Olishevsky y su equipo son optimistas.
"Ya vemos los resultados. La gente siente que está segura aquí, que están siendo cuidados", señaló.
El paciente Makeyev parece coincidir, pese a tener solo cuatro días en la clínica.
"Me siento inspirado aquí. Me dieron una esperanza que había perdido", comentó vestido con pantalón azul y camiseta blanca.
Lo primero que quiere hacer después de terminar la terapia es buscar empleo, según Makeyev.
"Espero salir de aquí con equilibrio emocional, y no temo decirlo: como una persona feliz, alegre, optimista", expresó Makeyev, con un esbozo de sonrisa en el rostro.