No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cómo es la voluntad de Dios: buena, agradable y perfecta. Romanos 12:2
El lector que me dispense el gran honor de leer estas líneas podría preguntarse: ¿Por qué calzar un articulo con un verso de la Biblia? La respuesta mas sencilla sería, porque creo en Ella, porque la acepto como mi norma de fe y conducta, pero en realidad es porque este verso tiene a mi entender, el llamado mas radical y revolucionario que se puede hacer en una sociedad del seguidismo irracional, de la aceptación de lo absurdo y de la falta de sentido crítico.
La sociedad dominicana ha entrado en una fase de aceptación y de acomodación en la que nada le asusta, nada le asombra y los profetas de la irreverencia, de lo prosaico y lo soez están parados desde sus tribunas disparando las ideas más carentes de sentido, cuestionadoras de la moral, sentando el relativismo como la norma del pensamiento y de la acción del conglomerado social.
Por eso asistimos la parodia de la comunicación y los comunicadores que nunca han leído un libro completo de ningún género, sencillamente se han escuchado entre ellos y apuestan a quien puede decir la barbaridad mas grande y quien puede ser mas descarado frente al público.
Ahí encuentra eco el llamado, en especial a los menores de 25, que no se amolden, que no se acomoden al mundo actual. Que presenten una conducta de contra cultura que les permita ver que hay otra forma de pensar alejado de lo insulso y lo banal y lo que es mas importante que, tenemos valores absolutos por los cuales vivir.
El llamado incluye un cambio en la forma de pensar, es decir, se debe dar una renovación de la mente que nos de la oportunidad de tener una mejor manera de vivir y de servir en la sociedad en que vivimos. Ese cambio de pensamiento tiene que verse en lo familiar con el cultivo de relaciones sanas entre los miembros de la familia. En las profesiones que se eligen para estudiar teniéndolas como un instrumento de servicio o una manera de marcar al mundo con mi impronta y no solo como un medio de buscar mucho dinero.
El Apóstol Pablo les hizo saber a sus lectores que hay una voluntad de Dios manifiesta para el mundo y para cada ser humano: ser un servidor.
Pensando con la individualidad del siglo presente es imposible lograr entenderla y practicarla. Solo con un cambio radical y revolucionario en nuestra manera de pensar llegaremos a comprobar cual es la voluntad de Dios para nosotros que, de antemano es buena, agradable y perfecta.