Vozz Media Network.– En una intervención cargada de críticas al sistema político y municipal dominicano, Waldys Taveras, dirigente del Partido Revolucionario Moderno (PRM) y director ejecutivo de la Mancomunidad del Gran Santo Domingo (MGSD), desmontó lo que considera el “falso progreso” de las municipalidades en el país.
En el programa Vozz Matutina, Taveras cuestionó la politización de las estructuras locales, la falta de planificación y la incapacidad de los actores políticos para garantizar un desarrollo real y equitativo.
FEDOMU: ¿Un sindicato de alcaldías o un brazo político?
Taveras señaló que la Federación Dominicana de Municipios (FEDOMU), en lugar de representar los intereses de los gobiernos locales, actúa como una extensión de los partidos políticos dominantes. Según su análisis, FEDOMU está lejos de ser un organismo autónomo y funciona más como un “escenario de reparto político,” donde los líderes partidarios priorizan intereses personales y empresariales por encima de las necesidades de los municipios.
Taveras; al compartir con Ángel Acosta, Rosanna Morales, Francisco Paniagua y Zahory Fiallo panelistas de Vozz Matutina que se transmite a las 7:00 de la mañana, de lunes a viernes por Vozz Media Network, canal 85 en las plataformas de Claro TV, Wind TVO, Santiago TV, YouTube Live; propuso una transformación de FEDOMU hacia un modelo que realmente defienda los derechos de los municipios. Aunque admitió que esto es prácticamente imposible mientras las instituciones sigan sometidas a las órdenes de las cúpulas políticas y el gobierno central.
Municipios ahogados por la politización y el centralismo
A pesar de contar con un presupuesto sin precedentes (RD$23,500 millones para 2024), Taveras dejó claro que las municipalidades siguen atrapadas en un esquema que las hace dependientes del gobierno central. “El problema no es la falta de dinero; es que no se permite a los ayuntamientos usarlo con autonomía,” afirmó.
A esto se suma una brecha evidente entre los municipios grandes y pequeños. En muchas localidades, las estructuras básicas para la gestión son inexistentes. Desde falta de conectividad hasta personal no capacitado, Taveras describió un panorama sombrío que perpetúa la desigualdad entre regiones. “En algunos distritos municipales, el único proveedor del Estado es el dueño de una ferretería local,” denunció, como ejemplo del nivel de precariedad que enfrenta el sistema municipal.
Fragmentación territorial: una estrategia política, no de desarrollo
El dirigente del PRM fue especialmente crítico con el crecimiento descontrolado de municipios y distritos municipales en las últimas décadas. Desde 1997, se han creado más divisiones territoriales que en toda la historia previa del país, una tendencia que, lejos de generar desarrollo, ha resultado en una burocracia ineficiente y costosa.
“La fragmentación territorial ha sido una herramienta política para repartir candidaturas, no para resolver los problemas de la gente,” afirmó. Citó el caso de Santiago y la creación del municipio de Cienfuegos, señalando cómo esta división reforzó desigualdades al separar a las comunidades en zonas “para ricos” y “para pobres.”
El caso de La Vega
Waldys Taveras, afirmó que las disputas relacionadas con las elecciones municipales en La Vega deben resolverse conforme al marco legal vigente. Explicó que el Tribunal Superior Administrativo (TSA) local es el competente para conocer el caso en primera instancia, y cualquier apelación posterior debe ir a la Suprema Corte de Justicia.
Taveras respaldó la decisión de la Junta Central Electoral (JCE) de cerrar su participación en el proceso, señalando que actuar fuera de su competencia violaría el artículo 209 de la Constitución. Además, consideró improbable que el Congreso apruebe una ley especial para nuevas elecciones, dado el riesgo político para el PRM; instó a resolver la situación respetando las normas legales y preservando la confianza en el sistema democrático.
La sociedad civil: ¿Aliada o parte del problema?
Taveras no se limitó a criticar a los partidos políticos. También arremetió contra sectores de la sociedad civil, a los que acusó de operar como “corporaciones políticas encubiertas.” Según su análisis, estos grupos buscan mantener influencia en el poder sin someterse al escrutinio electoral ni rendir cuentas.
“Diseñan políticas públicas desde un piso 15 en la capital, sin conocer el territorio ni las necesidades reales,” acusó, refiriéndose al alejamiento entre las élites de planificación y las comunidades que se ven afectadas por sus decisiones.
El PRM y su lucha interna: ¿camino a la autodestrucción?
En cuanto a su propio partido, el PRM, Taveras lanzó advertencias sobre la falta de unidad y el peligro de repetir errores históricos. Recordó cómo las múltiples candidaturas internas del PRD en el año 2000 fracturaron el partido y facilitaron su derrota electoral.
Waldys Taveras analizó la proliferación de aspiraciones personales dentro del PRM, advirtiendo que las ambiciones desmedidas están socavando la fortaleza del partido. También criticó decisiones del gobierno de Luis Abinader, como la reforma tributaria, que calificó como un error político que evidenció la falta de consulta con sectores sociales clave.
Cuotas de género: un arma de doble filo
Sobre el tema de las cuotas de género, Taveras expresó un apoyo matizado. Reconoció la importancia de estas medidas para corregir desigualdades históricas, pero enfatizó que no deben perpetuarse indefinidamente. “No puede ser presidente solo por ser mujer; debe serlo porque tiene las condiciones para gobernar,” afirmó, subrayando que el liderazgo debe basarse en capacidad, no en atributos demográficos.
Un sistema municipal sin dirección
En su análisis, Waldys Taveras dejó pocas dudas sobre su visión del sistema municipal dominicano: un modelo disfuncional, controlado por intereses políticos y empresariales, que se sostiene a base de centralismo y clientelismo.
Entre sus propuestas destacó la necesidad de una reforma estructural que dé verdadera autonomía financiera a los municipios, reduzca la fragmentación territorial y priorice el desarrollo metropolitano en áreas urbanas como Santo Domingo y Santiago. Sin embargo, reconoció que estas reformas chocan con los intereses de los partidos y los consorcios que actualmente controlan el poder.
El cambio es urgente, pero improbable
Para Taveras, el desarrollo local solo será posible si se rompen las cadenas del centralismo y la politización. Sin embargo, su análisis dejó entrever un pesimismo subyacente. Mientras los partidos sigan funcionando como “consorcios empresariales,” y los actores políticos prioricen sus intereses sobre el bienestar colectivo, el progreso seguirá siendo una promesa vacía para la mayoría de los dominicanos.