La falta de registros y documentación complica la persecución legal de criminales haitianos en República Dominicana, mientras se suceden crímenes cada vez más atroces
Las autoridades dominicanas se enfrentan a un dilema creciente: la dificultad para enjuiciar a delincuentes haitianos que operan en el país en condiciones de ilegalidad, sin registros ni documentación que los identifiquen. Este desafío legal ha sido evidenciado en una serie de crímenes cometidos por individuos de nacionalidad haitiana, quienes han convivido durante años en la sombra, muchas veces incluso trabajando para sus víctimas.
En el reciente caso del asesinato de una mujer de 74 años en el sector Enriquillo del municipio Mao, la falta de identificación del sospechoso, conocido como "Keke", complica su captura, pues se encuentra en el país de manera ilegal y carece de cualquier registro oficial. Situaciones similares se han presentado en otros casos, como el triple homicidio en una hacienda en el que se sospecha la participación de trabajadores haitianos, y en el caso del destacado folclorista Víctor Daniel "Vitico" Erarte, cuya muerte violenta fue atribuida a un individuo solo identificado como "Junior el Haitiano".
El patrón común en estos crímenes es la cercanía laboral o doméstica de los perpetradores haitianos con las víctimas, lo que dificulta aún más su persecución legal. A medida que estos incidentes violentos se multiplican, la presión sobre las autoridades para encontrar soluciones efectivas y garantizar la seguridad de la población se intensifica.
